El Médico
La
película de la que quiero hablar hoy cuenta la extraordinaria epopeya de Robert
Cole en su afán por convertirse en médico para sanar a la gente, ya que desde
pequeño tiene un don que le permite saber el estado de salud de la gente con
sólo cogerle las manos.
Empiezo
opinando que cualquier profesión, oficio o condición merecen el mismo respeto y
consideración, pero no todas las actividades exigen de quien las practica tanta
grandeza moral como la medicina porque los médicos en el empeño de sus
quehaceres inciden en lo más preciado que tienen los seres humanos; su vida y
su salud.
Una
frase que destaco mucho fue la dicha a Rob por uno de sus maestros: «…y aunque
estudiaras medicina durante más de una vida acudirían a ti gente cuyas
enfermedades son misterios». Hace más de 50 años la medicina escasamente
tecnificada y con remedios terapéuticos poco eficaces condicionaba que la muerte
no fuera una decisión humana demandante al médico y, por tanto, no existían
fundamentos para planificar el proceso de morir y se experimentaba con los
cuerpos como vimos en la película y aunque s sabido por todos, que los médicos
cristianos se guiaban por los textos griegos y romanos, sin abrir jamás un
cuerpo muerto, lo que consideraban una profanación. A lo más que llegaban es a
hacer prácticas con cadáveres de cerdos, ya que pensaban que su anatomía era
igual a la del hombre. Bien, pues los médicos musulmanes iban más allá. De ahí
que dichos médicos fueran muy apreciados en las cortes europeas y en la papal.
En esta película vemos como se experimentaba con cuerpos y el mismo
protagonista describió todo su proceso después de vivir su propia enfermedad,
sabiendo que esto en el futuro iba a ayudar a curar a muchas personas que
padecerían esta misma.
A
menudo nos olvidamos que el paciente no debe ser un ‘caso clínico’ o una
enfermedad, ni un conjunto de órganos dañados, funciones deterioradas o
emociones trastornadas. Es un ser humano, una persona, temerosa y esperanzada
que necesita alivio y confianza.
Me pude
dar cuenta que mi forma de ver la medicina cambio, puesto a partir de ahora no
solo seré medico sino que también debe importarnos el lado humano de cada
individuo el tener la suficiente fortaleza para lograr nuestros ideales y
aunque así sean los más difíciles de alcanzar podremos lograrlos a bases de
esfuerzos y de dedicación ese es el ejemplo que nos deja Rob J. Cole el niño
huérfano que pasa a ser aprendiz de cirujano barbero y en su crecimiento no
solo crece físicamente sino también como persona y de pensamiento hasta
alcanzar sus ideales y su buena fortuna y deseo por la medicina lo llevan a
colocarse entre unos de los mejores médicos de Londres, más su pasión es el que
lo impulso a lograr tal hecho.
Por
eso, esta historia es un gran ejemplo de perseverancia y tenacidad y un ejemplo
de que si nacemos con un don aunque tengamos todos los obstáculos del mundo con
perseverancia y pasión se pueden lograr cosas inimaginadas.
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