martes, 26 de septiembre de 2017

En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio*

 Si editan este artículo, puede servir como introducción a la ética medica y motivo de exposición

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013 7
ARTÍCULOS DE REFLEXIÓN
En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio*
No berço da bioética: o encontro de um credo com um imperativo e um principio
Leo Pessini** Traducción del portugués al español: Luis Alberto Sánchez–Alfaro***
Resumen
Este artículo hace una incursión hacia los orígenes de la Bioética, rescatando, históricamente, tres protagonis- tas importantes. Uno más conocido y reconocido, Van Rensselaer Potter en los EUA y el otro completamente desconocido, del cual solo muy recientemente tuvimos noticia, en 1997, se trata del filósofo, teólogo, pastor y educador alemán Friz Jahr. Sabemos que la expresión Bioética fue utilizada por primera vez por Jahr, en Alemania, en 1926 y 1927 en un artículo publicado en la revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr amplió el concepto del imperativo kantiano y propuso el Imperativo Bioético “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”. El concepto de bioética de Jahr incluía, además del ser humano, a todas las formas de vida. El tercer protagonista en la fase inicial del surgimiento de la Bioética es Hans Jonas, filósofo judeo–alemán, que elaboraría el principio de la responsabilidad pensando y elaborando una ética frente al dominio creciente de la civilización técnico–científica. La expresión Bioética obtuvo el certificado de nacimiento y se consolida en los EUA durante los años 70 y después es “exportada” al mundo, a partir de los años 80 del siglo pasado, con los trabajos de Potter y la fundación del Instituto Kennedy de Bioética junto a la Georgetown University en Washington, DC.
Palabras clave: Bioética, ciencia, religión, principio de responsabilidad, desarrollo. Resumo
Este artigo faz uma incursão nas origens históricas da bioética resgatando historicamente três protagonistas importantes. Um mais conhecido e reconhecido, Van Rensselaer Potter nos EUA e o outro completamen- te desconhecido e que somente muito recentemente temos notícia, em 1997, trata-se do filósofo, teólogo, pastor e educador alemão Friz Jahr. Ficamos sabendo que A expressão Bioética, foi utilizada pela primeira vez por Jahr, na Alemanha, em 1926 e 1927 num artigo publicado na revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr ampliou o
Artículo de reflexión. Documento entregado el 15 de febrero de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.
** Doctor en Teología Moral/bioética. Postgrado en Clinical Pastoral Education and Bioethics por el ST. Luke’s Medical Center (Milwaukee, EUA). Profesor del programa de posgrado en Bioética (maestría y doctorado) del Centro Universitário São Camilo. Autor de numerosas obras en el área de la bioética. Actualmente es Presidente de las organizaciones Camilianas Brasileñas, una red de 52 hospitales presentes en 19
Estados brasileños. Correo electrónico: pessini@saocamilo-sp.br
*** Odontólogo, Universidad Nacional de Colombia. Especialista y Magíster en Bioética, Universidad El Bosque. Estudiante del Doctorado en
Bioética, Universidad El Bosque. Profesor y Coordinador de Publicaciones, Departamento de Bioética, Universidad El Bosque.
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Introducción
La Bioética, tomando en cuenta la perspectiva del bioquímico norteamericano Van Rensselaer Potter y la fecha de la publicación de su pri- mer artículo en 1970, ya completó 43 años de existencia desde que el término fue acuñado. Investigaciones recientes en el área cambian esta fecha hacia la década de 1920, exactamente 1926–27 en Alemania y descubren la figura de Fritz Jahr. En el momento la investigación en curso identifica como fecha precisa el 15 de di- ciembre de 1926 siendo su primer escrito sobre bioética titulado: Ciencias de la vida y ética: conocimiento viejo en ropas nuevas. En este artículo él presenta por primera vez el impera- tivo bioético. Hecho histórico, en este sentido, fue el lanzamiento del libro “Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics” editado por Muzur Amir y Hans–Martin Sass en el VIII Congresso In- ternacional de Bioética Clínica realizado en São Paulo (16–19 de mayo de 2012). No sin una
pizca de ironía, en el folleto de divulgación del libro se lee: <<usted sabe ¿quien inventó la ‘Bioé- tica’? ¡No, los americanos no! Fue Fritz Jahr un pastor en Halle an der Saale. En 1926–27 él se contrapuso criticamente al imperativo categórico de Kant con su Imperativo Bioético: ‘Respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal’>>1.
Nuestra jornada reflexiva en torno a la cuna de la Bioética se hace en tres momentos funda- mentales, con tres protagonistas. Comenzamos con Potter en los EUA en1970 con su “credo bioético” y el concepto de “bioética como puente hacia el futuro”2, luego regresamos en el tiempo histórico a la década de los años 20 del siglo pasado, exactamente a los años 1926–27 con Fritz Jahr y su propuesta del Imperativo bioéti- co, que incluye una visión ética para, además
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conceito do imperativo Kantiano e propõe o Imperativo Bioético “respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate–o, se possível enquanto tal”. O conceito de bioética de Jahr inclui, além do ser humano, todas as formas de vida. O terceiro protagonista na fase inicial do surgimento da bioética e Hans Jonas, filósofo judeu-alemão, que vai elaborar o seu principio da responsabilidade, pensando e elaborando uma ética frente ao domínio crescente da civilização técnico–cientifica. A expressão Bioética ganhou certificado de nascimento e se consolida nos EUA durante os anos 70 e depois é “exportada” para o mundo, a partir dos anos 80 do século passado, a partir dos trabalhos de Potter e mais a fundação do Instituto Kennedy de Bioética (1971) junto à Georgetown University em Washington, DC.
Palavras–chave: Bioética, ciência, religião, princípio da responsabilidade, desenvolvimento.
“Les pido que piensen la Bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia, que es interdisciplinaria e intercultural, y que intensifica el sentido de la humanidad”. Van Rensselaer Potter
“Respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”. Fritz Jahr
“Obra del manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra”. Hans Jonas
MUZUR, Amir y SASS, Hans–Martin (Eds). Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics. Munster: Lit Verlag, 2012, 400p.
POTTER, Van Rensselaer. Bioethics: Bridge to the future. Engle- wood Cliffs: Prentice Hall, 1971, 205p.
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de los seres humanos, todos los seres vivos: “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”3. El ter- cer protagonista es el filósofo, judeo–alemán, Hans Jonas (1979), que elabora el principio de la responsabilidad y nos propone una ética frente a la civilización técnica, con el cultivo de una “heurística del temor”, para no dejar que el homo faber domine al homo sapiens. Concluimos nuestra reflexión4 con una apro- ximación entre los tres protagonistas pioneros en la agenda bioética, en su nacimiento, y que proféticamente se antiparon a los hechos y a la exigencia de hoy, para que podamos garantizar el futuro de la vida en el planeta. La actualidad de esta cuestión es incuestionable, solamente recordando la discusión vigente en el mundo patrocinada por la ONU, cuando en 2012 esta organización programó en Brasil, en Rio de Janeiro, la realización de la Conferencia para el Desarrollo Sostenible con el apellido “el fu- turo que queremos”. Se trata de la conferencia Rio+20.
1. Van Rensselaer Potter: Pionero en los EUA (1970)
1.1. Conociendo la persona
El 6 de septiembre de 2001 falleció el Dr. Van Rensselaer Potter (1911–2001) en Madisson, pequeña ciudad del Estado de Wisconsin, en el medio oeste de los Estados Unidos. Potter nació en el Estado de Dakota del Sur el 27 de agosto de 1911, murió al completar sus 90 años. Su abuelo murió de cáncer a los 51 años, un año antes de su nacimiento, del cual heredó el nombre, viniendo a llamarse Van Rensselaer
Potter II. Su madre murió en un accidente de carro cuando él tenía siete años, desde entonces se apegó mucho a su padre. Potter dejó una esposa, tres hijos, seis nietos y dos hermanas.
Recibimos un comunicado de su nieta Lisa Pot- ter, que trabajó muy de cerca con su abuelo de 1994 a 1997 ayudándolo en las publicaciones de bioética y en conferencias. Textualmente leímos: “lamentamos informar que Van falleció ayer (6/09) a las 05h20min de la tarde; él estaba confortable y la familia se mantenía presente al lado del lecho. Yo sostenía su mano cuando exaló su último suspiro. Se que él sintió el apo- yo y amor de la família. Murió luego de haber cumplido su 90o aniversario y tuvo la fortuna de ver muchos miembros de la familia. Senti- remos mucho su falta”.
Fue él quien acuñó el neologismo bioethis en 1970. Llamarlo “el padre de la Bioética”, como muchos hacen, sería exagerado según algunos estudiosos del área de historia de la Bioética y decir que él es solamente el autor del neologismo “Bioethics” sería no hacer justicia con la altura de su persona como investigador y pionero de la bioética, ya que acabó siendo marginado por sus compatriotas. Potter, pocos días antes de su partida dejó un mensaje final a los amigos de su “red de bioética global”. En este mensaje demues- tra resentimiento por el no reconocimiento de su trabajo en bioética en su propio país.
Por un largo período de tiempo 1980–1990 nadie reconoció mi nombre y quise ser parte de una misión. En los EUA hubo una explosión imediata del uso de la palabra bioethics por los médicos, que han dejado de mencionar mi nombre o el título de mis cuatro publicaciones 1970–1971. Infelizmente, su imagen de la bioé- tica retrazó el surgimiento de lo que existe hoy5.
5 POTTER, Van Rensselaer. Dear Global Bioethics Network. Final Message [en línea]. [Fecha de consulta: noviembre 23 de 2004]. Disponible desde: http://www2.ula.ve/cdcht/index. php?option=com_docman&task=doc_download&gid=121
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JAHR, Fritz. Wissenschaft wom Leben um Sittenlehre. Dei Mit- telschule. Zeitschrift für das gesamte mittlere Schulwesen. 1926, vol. 40 (45): 604–605.
PESSINI, Leo; SIQUEIRA, José Eduardo y HOSSNE, William Saad (Orgs). Bioética em tempo de incertezas. São Paulo: Centro Universitário são Camilo y Edições Loyola, 2010, 455p.
 
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La biografía de Potter es particularmente rele- vante para la historia de una idea, el concepto de autonomía desempeña hasta hoy un papel pre- dominante en la ética biomédica norteamerica- na. Antes de enfocar los derechos individuales, él enfatiza las responsabilidades personales. Potter, incluso, no solo elaboró sino que vivió su credo de activista, que hace énfasis en la responsabilidad social y ambiental. En la con- dición de un bioeticista virtuoso, que lo fue, no solo vivió su visión de bioética, sino también, convocó a otros a hacerlo, afirmando que para que alguien merezca ser llamado bioeticista debería seguir tal credo, el cual presentaremos íntegramente a lo largo de este texto, después del análisis al legado intelectual de Potter. En la bioética potterianna se destaca, por tanto, un fuerte énfasis en la ética de las virtudes, que adquiere un tono casi de predicación.
Potter era considerado un miembro distinguido de la “Unitarian Society of Madison” (Sociedad Unitariana de Madison), una organización de inspiración cristiana, que sigue el espíritu de Jesús de Nazareth y defiende la perspectiva de una religión liberal. Entre otros objetivos de esta organización el primero de ellos es “la inte- gridad de la vida”, que significa totalidad (who- leness). Para las personas de genuina integridad todos los objetivos y cuestiones de vida están interrelacionados. Los unitarianos se constitu- yen en una cofradía de libre pensamiento en la que son aceptados como miembros “...personas de todas las opiniones teológicas, que se desean unir a nosotros en la promoción de la verdad, la justicia, la reverencia y la caridad entre los hombres”. Se trata de una asociación abierta, donde el ateo honesto se puede declarar como tal, sin ningún miedo, así como el creyente piadoso puede hablar de su unión personal con el universo y con Dios sin vergüenza.
Textualmente leemos: “...la única exigencia que hacemos y que esperamos es que seamos ho-
nestos con nosotros mismos y con los otros”6. Aunque no haya leído ningún comentario so- bre lo que hace esta unión con la organización de los unitarianos, se percibe una profunda conexión del credo bioético potteriano y la fi- losofía de esta organización.
Potter trabajó más de 50 años en la Universidad de Wisconsin, en Madison, en los laboratorios MacArdle para la investigación del cáncer, reti- rándose en 1982. Se doctoró en Bioquímica. Por su contribución orginal sobre la comprensión del metabolismo de las células cancerígenas fue reconocido y elegido para la Academia Nacio- nal de Ciencias. Fue presidente de la Sociedad Americana de investigación sobre el cáncer en 1974, además de haber servido en innumera- bles organizaciones científicas de gran prestigio en los EUA.
Potter, despúes de retirarse de la Universidad prácticamente pasó a residir en su casa de cam- po en medio de un bosque, en las cercanías de Madison, donde en la varanda hecha de made- ra rústica, recibía amigos, estudiantes; allí se sentía en comunión con la naturaleza. En los últimos años de vida, se dedicó al cuidado de su esposa, Vivian, trágicamente deficiente a causa de la artritis. Decide dejar de viajar y dar conferencias alrededor del mundo y se queda junto a su compañera.
El último viaje que Potter realizó al exterior lo hizo a Italia en 1990 invitado por Bruneto Chiarelli, profesor de Antropología de la Uni- versidad de Florencia (Italia), a hablar sobe Bioética Global. Tenía, entonces, 79 años, y no volvió a viajar debido a su edad, pero re- cibió munerosas invitaciones para participar en eventos de bioética, enviaba, entonces, vi- desos con sus ponencias. De estos tenemos
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Documento en línea. [Fecha de Consulta: noviembre 19 de 2004]. Disponible desde: www.harvardsquarelibray.org/unitarians/ madison.html
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tres videos: 1) 1998: sobre Bioética Global, por ocasión del IV Congreso mundial de Bioética (Tokio) invitado por el profesor Hyakuday Sa- kamoto; 2) 1999: un video para el Congreso mexicano de Bioética, invitado por el fallecido profesor Manuel Velasco Suárez; y 3) 2000: un video para el Congreso Internacional de Bioéti- ca organizado por la Sociedad Internacional de Bioética (Gijón, España), invitado por el profe- sor Marcelo Palacios.
Una resolución elaborada por el cuerpo docente de la Universidad de Wisconsin en memoria de Van Rensselaer Potter después de destacar la importancia de su vida profesional como investigador y profesor de oncología en el La- boratorio McArdle de Investigación de Cáncer durante más de 50 años enfatiza que:
...su mayor contribución a la comunidad cien- tífica son los más de 90 post–doctorados que orientó y los estudiantes de pregrados que inspirándose en él, muchos llegaron a ser muy importantes en diversos campos de la ciencia, uno de ellos fue premiado con el Premio Nobel. (...) Para Van la ciencia no era un “trabajo” sino una experiencia ética, apasionada y creativa. Además, él no separaba al científico del proceso científico ni tampoco del contexto social de la empresa científica. Esta filosofía, motivada por su concepto de “humildad con responsabilidad”, la mantuvo hasta la fase final de su productiva carrera7.
Esta fase final es justamente la fase de la Bioé- tica, de los últimos 30 años de su vida. Potter es recordado por sus colegas de docencia en la Universidad de Wisconsin como un “ser hu- mano iluminado, preocupado por el cuidado
UNIVERSITY OF WISCONSIN - MEMORIAL COMMITTEE.
Memorial Resolution of the Faculty of the University of Wosconsin– Madison. On the death of profesor emeritus Van Rensselaer Potter II [en línea]. [Fecha de consulta: 19 de noviembre de 2004. Disponible desde: http://www.mcardle.wisc.edu/faculty/bio/Potter%20Memo- rial%20Resolution--UW%20Faculty%20Doc%201628,%204-1-02. pdf
humano de todo, para que todos pudiesen vivir, no una utopía, sino en un mundo estéticamen- te bello y sostenible, una vida satisfactoria y feliz”8.
1.2. El legado intelectual
Potter, que llamó a la Bioética “la ciencia de la supervivencia humana”9, trazó una agenda de trabajo para la misma, que va desde la in- tuición de la creación del neologismo en 1970 hasta la posibilidad de encarar la Bioética como una disciplina sistémica o profunda en 1988. Algunos hitos importantes de este itinerario son interesantes de recordar, empezando por la pregunta de ¿cómo surgió el neologismo Bioética?
En los años 1970 y 1971 Potter acuña el neo- logismo Bioethics utilizándolo en dos escri- tos. Primero en un artículo titulado Bioethics, science of survival, publicado en la revista Pers- pectives in Biology and Medicine en 1970 y en el libro Bioethics: Bridge to the future de 1971. Esta publicación la dedicó a Aldo Leopold, un renombrado profesor en la Universidad de Wisconsin que pioneramente comenzó a dis- cutir una “Ética de la Tierra”. Este neologismo apareció en los medios de comunicación, el 19 de abri de 1971, cuando la Revista Time publicó un largo artículo con el título Man into super- man: the promisse and peril of the new genetics, en el cual el libro de Potter fue citado.
En la contracarátula de su libro Bioethics: Brid- ge to the future se puede leer lo siguiente:
Del aire y el agua contaminada, la sobrepo- blación, la ecología y la conservación muchas voces hablan y se dan muchas definciones. ¿Quién tiene razón? Las ideas se entrecruzan y
8 Ibid.
9 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics, the science of survival.
Perspectives in Biology and Medicine. 1970, vol. 14 (1), 127–153.
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existen argumentos conflictivos que confunden las preguntas y atrasan la acción. ¿Cuál es la respuesta? ¿Está el hombre, realmente, colo- cando en riesgo su medio ambiente? ¿No sería necesario mejorar las condiciones creadas por él? La amenza de la supervivencia ¿es real o se trata de pura propaganda de algunos teóricos histéricos?
Esta nueva ciencia, la Bioética, combina el tra- bajo de los humanistas y los científicos, cuyos objetivos son sabiduría y conocimiento. La sabiduría se define como el conocimiento de como usar el conocimiento para el bien social. La búsqueda de la sabiduría tiene una nueva orientación porque la supervivencia del hom- bre está en juego. Los valores éticos deben ser evaluados en términos del futuro y no pueden ser separados de los hechos biológicos. Accio- nes que disminuyen las oportunidades de la supervivencia humana son inmorales y deben ser juzgadas en términos del conocimiento disponible, y monitoreadas bajo los parámetros de supervivencia escogidos por científicos y humanistas10.
Potter pensó la Bioética como un puente que uniera la ciencia biológica y la ética. Su intui- ción consistió en pensar que la supervivencia de gran parte de la especie humana, una ci- vilización decente y sostenible, dependía del desarrollo y manutención de un sistema ético. En 1998 al mirar este primer momento de su reflexión afirma:
Lo que me interesaba en aquél momento, cuan- do tenía 51 años, era el cuestionamiento del progreso y hacia dónde estaba llevando la cul- tura occidental todos los avances materialistas propios de la ciencia y la tecnología. Expresé mis ideas de lo que, según mi punto de vista, se transformó en la misión de la Bioética: un intento de responder a la pregunta frente a la humanidad: ¿Qué tipo de futuro tendremos? ¿Tenemos alguna opción? Por consiguiente la
10 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., pp. VII–VIII.
Bioética se trasformó en una visión que exigía una disciplina que guiase la humanidad como un “puente hacia el futuro” (...)11.
En la introducción de su libro Bioethics: Bridge to the future afirma que:
Existen dos culturas que parecen incapaces de dialogar –las ciencias y las humanidades– y si esto se presenta como una razón por la cual el futuro se parece dudoso, entonces, posible- mente, podríamos construir un puente para el futuro, construyendo la Bioética como un puente entre estas dos culturas12.
En el término Bioética (del griego bios –vida– y ethos –ética–) bios representa el conocimiento biológico, la ciencia de los sitemas vivos, mien- tras que ethos el conocimiento de los valores humanos. Potter anhelaba crear una nueva disciplina en la que aconteciese una verdadera dinámica e interacción entre el ser humano y el medio ambiente. Persiguió la intuición de Aldo Leopold y en este sentido se anticipó a lo que hoy se ha convertido en una preocupación muncial, la ecología.
Es importante tener en cuenta que hay otro investigador que reclama la paternidad del término bioética. Es el gineco–obstetra ho- landés André Hellegers de la Universidad de Georgetown, en Washington D.C., que seis meses después de la aparción del libro pionero de Potter, Bioethics: Bridge to the future, utilizó esta palabra en el nombre del nuevo centro de estudios: Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and Bioethics. Hoy este centro es conocido simplemente como el Instituto Kennedy de Bioética. Hellegers ani- mó un grupo de discusión conformado por médicos y teólogos (protestantes y católicos)
11 POTTER, Van Rensselaer. Video presentado en el IV Congreso Mundial de Bioética. Tokio: 1998.
12 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., p. IV.
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que veían con preocupación crítica el progreso médico tecnológico, el cual presentaba enormes e intrincados desafíos a los sistemas éticos del mundo occidental. Para Warren Thomas Reich, historiador de la Bioética y organizador de las dos primeras ediciones de la Encyclopedia of Bioethics (1978 y 1995), “el legado de Hellegers” está en el hecho de que él entendió su misión en relación con la Bioética como “ser una per- sona puente entre la medicina, la filosofía y la ética”. Este legado acabó ganando hegemonía y se convirtió en el “estudio revitalizador de la ética médica”13.
Por lo tanto, en el momento de su nacimienn- to, la Bioética tiene una doble paternidad y un doble enfoque. Tenemos dos perspectivas bien diferenciadas, de un lado problemas de macro- bioética, con inspiración en la perspectiva de Potter y por el otro, problemas de microbioética o bioética clínica, con clara inspiración en el le- gado de Hellegers. Potter no dejó de expresar su decepción con relación al curso que la Bioética siguió. Reconoció la importancia de la perspec- tiva de Georgetown sin embargo afirmó “mi visión de la bioética exige una visión mucho más amplia”. Pretendía que la Bioética fuese una combinación de conocimiento científico y filosófico (lo que más tarde llamó Bioética Global), y que no fuese simplemente una rama de la ética aplicada, como fue entendida con relación a la medicina.
En 1998 Potter amplía la Bioética en relación con otras disciplinas, no solo como puente en- tre la Biología y la Ética, sino con la dimensión de una ética global. Dice él:
La teoría original de la Bioética era la intuición de la supervivencia de la especie humana, en
13 REICH, Warren Thomas. Shaping and Mirroring the Field: The Encyclopedia of Bioethics. In: WALTER, Jennifer K & KLEIN, Eran P (Eds). The Story of Bioethics: from seminal works to contemporary explorations. Washington: Georgetown University Press, 2003, pp. 165 y ss.
una forma decente y sostenible de civilización, exigiendo el desarrollo y la manutención de un sistema de ética. Tal sistema (la implementa- ción de la bioética puente) es la bioética global, fundamentada en intuiciones y reflexiones fundamentadas en el conocimiento empírico proveniente de todas las ciencias, pero, en especial, del conocimiento biológico... En la actualidad este sistema ético propuesto sigue siendo el núcleo de la bioética puente con su extensión a la bioética global, lo que exigió el encuentro de la ética médica con la ética del medio ambiente a una escala mundial para preservar la supervivencia humana14.
Potter en su videoconferencia durante el IV Congreso mundial de Bioética, promovido por la Asociación Internacional de Bioética (Tokio, 4 a 7 de noviembre de 1998), cita el pensamiento del teólogo liberal católico alemán Hans Küng, de la Universidad Alemana de Tübingem, mun- dialmente conocido, incluso en Brasil con va- rias de sus obras traducidas al portugués. Potter recuerda que Küng en su proyecto “Ethos Glo- bal” hizo el llamado por una Ética Global para la política y la economía, con relación a la cual todas las naciones y pueblos de las más diferen- tes tradiciones culturales y creencias deberían responsabilizarse. Resalta que el corazón de la ética global de Küng está en el humano, lo que es loable, aunque su ética global no sea bioética sus preceptos básicos parecen aceptables por todos; esta perspectiva no es suficiente, pues es necesario explicar el respeto por la naturaleza y diferentes culturas, más allá de las culturas judaica y cristiana.
En 1998 Potter expone la idea de bioética pro- funda, retomando el pensamiento del profesor Peter Whitehouse de la Universidad de Cleve- land (Ohio). El profesor Whitehouse asumió la idea de los avances de la biología evolutiva,
14 POTTER. Van Rensselaer. Texto escrito con base en la ponencia presentada IV Congreso Mundial de Bioética. Tokio: 1998. Publi- cado en la Revista O Mundo da Saúde. 1998, vol. 22 (6), 370–374.
   
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en especial el pensamiento sitémico y com- plejo, que soporta los sistemas biológicos. La bioética profunda pretende entender el planeta como grandes sistemas biológicos entrelaza- dos e interdependientes, en el que el centro ya no corresponde al hombre como en épocas anteriores, sino a la propia vida, el hombre es solamente un pequeño eslabón de la gran red de la vida, situándose en la senda abierta por el pensamiento del filosófo noruego Arne Naess, a inicios de los años 70 del siglo pasado15.
1.3. Ciencia y religión juntas frente al desafío ético de garantizar el futuro de la vida en la Tierra
En un artículo publicado en la Revista The Scientist con el sugestivo título Science, Religion Must Share Quest for Global Survival (La ciencia y la religión deben compartir la búsqueda de la supervivencia global)16 Potter afirma que no podemos estar conformes con la idea de que en el futuro, si las cosas empeoran, la ciencia tendrá las respuestas. El momento para actuar y probar nuestra capacidad ética, así como téc- nica, es hoy.
Una cuestión fundamental a todos nuestros esfuerzos debe ser la promoción del diálogo entre la ciencia y la religión con relación a la supervivencia humana y de la biosfera. Durante siglos, el tema de los valores fue considerado como algo más allá del campo científico y propiedad exclusiva de los teólogos y filósofos seculares. Hoy debemos resaltar que los cien- tíficos, no solo tienen valores trascendentales, sino también que los valores imbuidos en el ethos científico necesitan ser integrados con aquellos de la religión y la filosofía para facilitar procesos políticos benéficos para la salud global del medio ambiente17.
.    15  NAESS, Arne. The shallow and the deep, long–range ecology movements: a summary. Inquiry. 1973, vol. 16 (1), 95–100.
.    16  POTTER, Van Rensselaer. Science, Religion Must Share Quest For Global Survival. The Scientist. 1994, vol. 8 (10), 1–12.
.    17  Ibid., p. 3.
En la búsqueda de compañeros para esta causa, Potter señala que muchos libros y artículos se han ocupado de los problemas del medio am- biente y la salud humana, pero relativamente pocos se enfocaron en la cuestión de la supervi- vencia de la especie humana en el futuro. Entre los autores citados tenemos: Hans Jonas con su obra The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethic for the Technological Age18; el sociológo Manfred Stanley con su obra The Technological Conscience: Survival and Dignity in an Age of Expertise19; y Hans Küng, conocido teólogo católico, autor de numerosas obras teológicas, quien fue el mentor y redactor de la famosa De- claración de una Ética mundial, documento final del Parlamento de las Religiones del Mundo, reunido en Chicago en 199320.
Es sobre este último autor que Potter va a tejer algunos comentarios, que nos interesan aquí, en la perspectiva de construcción de un puente entre la ciencia y la religión. Potter tiene una apreciación crítica con relación a la perspectiva de la ética global de Küng. Afirma que en el centro de la moral religiosa defendida por Küng no está incorporada la preocupación por el rá- pido crecimiento poblacional. Destaca que las religiones más grandes del mundo, en particu- lar el catolicismo y el islamismo, están entre las que más contribuyen a la “actual y abrumadora tasa de superpoblación”.
Según Potter solo la ciencia tiene las técnicas para analizar cambios los poblacionales y su im- pacto. Küng, por lo menos al formular una Ética
.    18  JONAS, Hans. The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethic for the Technological Age. Chicago: University of Chicago Press, 1984, 263p.
.    19  STANLEY, Manfred. The Technological Conscience: Survival and Dignity in an Age of Expertise. Chicago: University of Chicago Press, 1981, 299p.
.    20  KÜNG, Hans y SCHMIDT, Helmut (Eds). A Global Ethic and Global Responsibilities: Two Declarations. London: SCM Press Ltd, 1998, 152p.
Ver completa esta declaración en la obra: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul. Problemas atuais de bioética. 10a. São Paulo: Loyola, 2012, pp. 127–147.
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Mundial, apuntó que la supervivenica humana es un tema clave, idea que ningún otro teólogo, hasta entonces, había mencionado. Mientras que otros líderes religiosos han proclamado que la vida es sagrada y han defendido los derechos humanos, solamente Küng colocó la superviven- cia humana en la agenda de la reflexión ética. Los científicos, por su parte, hace mucho tiempo abarcaron en el corazón de sus esfuerzos el desa- fío del bienestar humano e implícitamente la su- pervivencia humana, por tanto están acreditados para colaborar en la causa por la supervivencia humana y de la biosfera.
Potter va más allá al decir que, no soloamente los teológos, sino tambien, los filósofos secu- lares no han podido pensar en la superviven- cia humana y la biosfera como una cuestión ética. La reflexión ética quedó restringida a relaciones interperonales o sociales entre los humanos, excluyendo, por lo tanto, cuestiones de comportamiento relacionadas con el cre- cimiento poblacional y problemas ecológicos. Potter destaca como importante de la famosa Declaración de una Ética mundial: no puede haber supervivencia sin una ética mundial, no existirá paz mundial sin la paz entre las reli- giones e incluso una alianza de respeto mutuo entre creyentes y no creyentes (ateos, agnósticos u otros) puede también ser necesaria para la concretización de una ética mundial común a todos los humanos.
Los científicos deben aplaudir los esfuerzos de Hans Küng al apuntar hacia la construcción de una alianza por la reconciación entre creyen- tes y aquellos que no son fundamentalmente caracterizados como religiosos, incluyendo entre estos, pienso, la mayoría de científicos. Necesitamos unir las fuerzas frente a la respon- sabilidad global de la supervivencia humana y su llamado por el “el respeto mutuo”, necesario para una ética mundial común21.
En varios de sus escritos Potter manifiesta una profunda preocupación por el rápido creicmien- to poblacional mundial, recordando que los demógrafos proyectan que para mediados del siglo XXI la población del mundo se duplicará. El abordaje de esta cuestión revela el lado de un militante obsesionado con la cuestión pobla- cional, que tiene un sesgo un tanto alarmista. Hoy la cuestión demográfica tiene una serie de nuevos factores cruciales que preocupan, los cuales Potter nisiquiera mencionó. Su predica- ción de que el crecimiento poblacional debe ser interumpido está, irónicamente, visible en la placa de su viejo carro en la inscripción de las letras YES ZPG (Zero Population Growth), que significan Si, Cero Crecimiento Poblacional22. En su credo bioético, que presentaremos comple- tamente más adelante en este trabajo, explícita que el compromiso con relación a la salud personal y familiar se expresa en “limitar los poderes reproductivos de acuerdo con objetivos nacionales e internacionales”. Potter piensa que la gravedad del problema de la sobrepoblación no podrá ser resuelta mientras las religiones más grandes sigan oponiéndose a cualquier intento de limitación de la fertilidad. Claro que este diálogo entre ciencia y religión no es fácil, y se pregunta si no se podría construir un consenso y una aceptación política por los gobiernos. La búsqueda de una ética mundial, compartida tanto por la religión como por la ciencia ¿no podría ser expresada en principios concretos para la acción? Esta búsqueda es pre- ocupante y no hay la certeza de encontrar una respuesta satisfactoria en el presente momento histórico. En este diálogo entre ciencia y reli- gión, sinteizando las cuestiones clave de este tema, vale la pena resaltar lo que Potter plantea a propósito de la Declaración de las Religiones sobre una Ética Global:
22 WHITEHOUSE, Peter. Van Rensselaer Potter: The original Bio- ethicist (In Memoriam). Hastings Center Report. 2001, vol. 31 (6), 12.
  
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21 POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 7.
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Estamos conscientes de que las religiones no pueden resolver los problemas económicos, po- líticos y sociales de la Tierra. No obstante, ellas pueden proveer lo que no podemos conseguir a través de los planos económicos, programas políticos y regulaciones legales. Las religiones pueden causar cambios en la orientación inte- rior, en la mentalidad, en los corazones de las personas y llevarlas a la conversión de un falso camino hacia una nueva orientación de vida. Las religiones, no osbtante, son capaces de dar a las personas un horizonte de sentido para sus vidas y un hogar espititual. Ciertamente las religiones pueden actuar con credibilidad solo cuando eliminen los conflictos que surgen entre ellas mismas y desmantelen las imágenes hostiles y los preconceptos, miedos y descon- fianzas mutuas23.
Finalmente, la ciencia y la religión tienen una larga batalla histórica por la hegemonía de la verdad24. En tanto hegemónica, la una intenta negar a la otra, ahora necesitan caminar juntas, abrigadas en función de un objetivo mayor, una causa que interesa a toda la humanidad: garantizar el futuro de la vida (humana y cós- mico–ética) en el planeta Tierra.
Uno de los documentos más reveladores de la personalidad de Potter, que hace de la Bioética su causa de vida y convoca a sus seguidores a hacer lo mismo, si quisieran ser llamados bioeticistas, es el llamado Credo bioético Potte- riano25.
.    23  POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 11.
.    24  PETERS, Ted y BENNET, Gaymon (Orgs). Construindo pontes entre a ciência e a religião. São Paulo: Editora Unesp, Edições Loyola, 2003, 312p. (Se trata de una excelente obra multidisciplinar que ubica frente a esta cuestión secular).
.    25  PESSINI, Leo. Bioética: das origens à prospecção de alguns de- safios contemporâneos. In: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul (Orgs). Bioética e Longevidade Humana. São Paulo: Edições Loyola, Centro Universitário São Camilo, 2006, pp. 5-46.
1.4. El credo bioético de Potter26
I. Creo en la necesidad de una acción tera- péutica inmediata para mejorar este mun- do afligido por una grave crisis ambiental y religiosa.
Compromiso: trabajaré con los otros para perfeccionar la formulación de mis creen- cias, desarrollar credos adicionales y pro- mover un movimiento mundial que haga posible la supervivencia y el perfecciona- miento del desarrollo de la especie hu- mana en armonía con el medio ambiente nautal y con toda la humanidad.
II. Creo que la supervivencia futura y el de- sarrollo de la humanidad, tanto cultural como biológicamente, están fuertemente condicionados por las acciones del pre- sente y los planes que afectan el medio ambiente.
Compromiso: trataré de adoptar un estilo de vida y de influenciar en el estilo de vida de los demás, así como ser promotor de un mundo mejor para las futuras generacio- nes de la especie humana e intentaré evitar acciones que coloquen en riesgo su futuro, al ignorar el papel del medio ambiente na- tural en la producción de alimentos y fibra.
III. Creo en la unicidad de cada persona y en su necesidad instintiva de contribuir al perfeccionamiento de la sociedad como un todo, de forma que sea compatible a largo plazo con las necesidades de la sociedad.
Compromiso: escucharé los puntos de vista de los demás, ya sean estos de una minoría
26 POTTER, Van Rensselaer. Global Bioethics: building on the Leopold Legacy. East Lansing. Michigan: Michigan State University Press, 1988, 219p. Ver: Appendix 2 – A bioethical Creed for Individuals. pp. 193–195.
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o de una mayoría, y reconoceré el papel del compromiso emocional en la producción de una acción efectiva.
IV. Creo en la inevitabilidad del sufrimiento humano resultante del desorden natural de las criaturas biológicas y del mundo físico, pero no acepto pasivamente el sufrimien- to que resulte de la deshumanización del hombre para con el propio hombre.
Compromiso: enfrentaré mis propios problemas com dignidad y corage. Asistiré a los otros en su aflicción y trabajaré con el objetivo de eliminar todo sufrimiento innecesario en la humanidad.
V. Creo en la finalidad de la muerte como parte necesaria de la vida. Afirmo mi veneración por la vida; creo en la fraternidad humana y que tengo una obligación para con las futuras generaciones de la especie humana.
Compromiso: viviré de forma tal que será benéfica para las vidas de mis compañeros humanos de hoy y del futuro, y que seré re- cordado con cariño por mis seres queridos.
VI. Creoquelasociedadentraráencolapsosiel ecosistema se daña irreparablemente, a no ser que se controle mundialmente la fertili- dad humana, debido al aumento, concomi- tante con la capacidad de sus miembros para comprender y mantener la salud humana.
Compromiso: perfeccionaré las habilidades o el talento profesional que contribuyan a la supervivencia y el perfeccionamiento de la sociedad y manutención de un ecosiste- ma saludable. Ayudaré a los demás en el desarrollo de sus telentos potenciales, pero al mismo tiempo cultivando el autocuida- do, la autoestima y la valoración personal.
VII.Creo que cada persona adulta tiene una responsabilidad personal con relación a la salud, así como una responsabilidad
con el desarrollo de esta dimensión de la personalidad en su descendencia.
Compromiso: me esforzaré por poner en práctica las obligaciones descritas como compromiso bioético para la salud per- sonal y familiar. Limitaré mis poderes reproductivos de acuerdo con los objetivos nacionales o internacionales.
Las palabras finales de Potter en la videocon- ferncia presentada en el IV Congreso Mundial de Bioética, en Tokio (1998), se constituyen en una agenda y desafío futuro para la Bioética. Rescatamos esta frase de la conclusión de su presentación, obra y legado para la Bioética:
A medida que llegó al ocaso de mi experiencia siento que la bioética puente, la bioética profun- da y la bioética global alcanzaron el umbral de un nuevo día, lo cual fue mucho más de aquello que había imaginado. Sin duda, necesitamos recordar el mensaje del año 1975 que enfatiza en la humildad con responsabilidad como una bioética básica, la cual lógicamente considera la aceptación de que los hechos probabilísticos, o en parte la suerte, tienen consecuencias en los seres humanos y en los sistemas vivos. La humildad es la consecuencia característica que asume el “puedo estar equivocado”, y exige la responsabilidad de aprender de la experiencia y del conocimiento disponible. Concluyendo, les pido que piensen la Bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia, que es inter- disciplinaria e intercultural, y que intensifica el sentido de la humanidad27.
Es una declaración de oro que Potter nos regaló en el ocaso de su vida y que es de una actuali- dad indiscutible.
Exploraremos ahora la figura de otro protago- nista en busca de los orígenes de la Bioética, Fritz Jahr con su escrito histórico de 1927.
 
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27 POTTER, Van Rensselaer. 1998. Op. cit. Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013
2. Descubriendo la figura y las intuiciones de Fritz Jahr
2.1. Algunos datos sobre el descubri- miento de Fritz Jahr
Hasta hace muy poco el bioquímico norteame- ricano Van Rensselaer Potter (1911–2001) era reconocido como la primera persona que había utilizado el neologismo Bioethics. En 1997, pese a esto el profesor Rolf Lother, de la Universidad Humboldt de Berlín, en una conferencia en Tüngingen mencionó el nombre de Fritz Jahr, a quien Lother acredita haber acuñado la palabra Bio–Ethik en 1927. Según su relato, Lother es- cuchó por primera vez el término “Bioética” al inicio de los años 90 del siglo pasado. Ya que el término le pareció de alguna forma familiar comenzó a indagar en el cúmulo de los núme- ros publicados por la revista Kosmos, dejado por su abuelo, donde encontró la editorial del volumen de 1927 y el histórico artículo de Fritz Jahr intitulado Bio–Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze (Bio–ética: una perspectiva de las relacio- nes éticas de los seres humanos con los animales y las plantas / Bio-Ethics: A Review of the Ethical Relationships of Humans to Animals and Plants).
La noticia sobre el descubrimiento de Jahr, eventualmente, se difundió gracias al trabajo de Eve–Marie Engels de la Universidad de Tüngingen que organizó el congreso en el cual Lother participó y que editó las memorias. Engels menciona el descubrimiento de Lother en un artículo sub voce “Bioethik” en el Metzler Lexicon en 1999 y en un artículo de 2001. Este artículo fue traducido al portugués y reedita- do en 2004 en la revista brasilera Veritas de Porto Alegre28. Este texto llamó la atención del biológo José Roberto Goldim, quien escribió el
28 ENGELS, Eve–Marie. O desafio das biotecnias para a ética e a antropologia. Veritas. 2004, vol. 50 (2), 205–228.
artículo Bioética: Origens e complexidade para la Revista do Hospital de Clínicas de Porto Alegre29. En la prestigiosa revista científica Perspectives in Biology and Medicine30 escribió: Revisiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927) –volviendo a visitar el inicio de la bioética: la contribución de Fritz Jahr (1927)–.
Tenemos un análisis más detallado de las ideas de Jahr elaborado por Hans–Martin Sass, cote- rráneo de Jahr, que trabajó por largos años en el Instituto Kennedy de Bioética. Mientras que el pensamiento de Fritz Jahr comienza a ser investigado, su vida es todavía un misterio por ser descifrado. Una investigación preliminar de los archivos en la casa de Jahr en su ciudad natal Halle, Alemania, trajo muchos datos inte- resantes de los que hablaremos ahora.
Paul Max Fritz Jahr nació el 18 de enero de 1895, en Halle, Alemania Central, donde pasó toda su vida, cambiando de domicilio muchas veces. Hoy esta ciudad tiene aproximadamente 234 mil habitantes. Su padre Gustav Maximi- llian (1865–1930) y su madre Auguste Marie Langrock (1862–1921) eran protestantes, pero Fritz fue bautizado según el ritual católico. Sus estudios iniciales fueron realizados en la Fun- dación Francke, unida al pietismo protestante de sus idealizadores (August Hermann Francke y Phillipp Jakob Spener); en la universidad Jahr estudió Filosofía, Música, Historia, Economía na- cional y Teología. Durante el verano de 1915 tra- bajó como voluntario de guerra y el 19 de marzo de 1921 recibió las sagradas órdenes como pastor.
Jahr comenzó a enseñar en 1917, hasta 1925 tra- bajó como profesor en 11 diferenes escuelas de enseñanza elemental. A partir de 1925 comen- zó a ser militante en la Iglesia. Los primeros
.    29  GOLDIM, José Roberto. Bioética: Origens e complexidade. Rev HCPA. 2006, vol. 26 (2), 86–92.
.    30  GOLDIM, José Roberto. Revisiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927). Perspectives in Biology and Medicine. 2009, vol. 52 (3), 377–80.
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cuatro años fue un cura de la Iglesia St. John en Dieskau (cerca de Halle), más tarde, de 1929 a 1930, en Braunsdorf y finalmente de 1930 a 1933 pastor en Kanena. Debió haber sufrido un poco, pues antes de subir al púlpito para predi- car sintió mareos que lo obligaron a medicarse.
El 26 de abril de 1932 Jahr se casó con Berta Elise Neuholz y no tuvieron hijos. Vivieron en la Albert–Schmidt–Strasse 8, Halle, dirección en la que Jahr se instaló en 1923 cuando tenía 28. En este lugar vivió primero con sus padres y más tarde, hasta 1930, solo con su padre que era maníaco depresivo. En 1932, tiempos turbulen- tos para Alemania, Fritz se retira de los servicios de la Iglesia debido a un “agotamiento nervioso”. El 1 de marzo de 1932, a los 38 años, se apartó definitivamente del serivicio, solo un mes des- pués que Hitler asumiera el poder en Alemania. Durante la guerra su familia pasa por dificulta- des económicas, agravadas por el sufrimiento de su esposa que sufría de esclerosis de la columna vertebral (backbone sclerosis). Ella vivía en una silla de ruedas y murió el 18 de junio de 1947. Jahr pasó sus últimos años de vida trabajando como profesor de música. Sus cualidades peda- gógicas eran profundamente apreciadas. Fritz Jahr murió el 1o de diciembre de 1953, a los 58 años de edad, en su casa en Halle31.
La década de los años 20 del siglo pasado fue- ron un momento complicadísimo en términos políticos, económicos y culturales en Alemania y Europa. La gran depresión comenzaba y los nazis estaban en el proceso de asumir la po- lítica, la sociedad y la opinión pública. Según Hans–Martin Sass aquella época, hace 85 años:
Jahr deja claro que el concepto, cultura y mi- sión de la Bioética están con la humanidad, tal
31 MUZUR, Amir y RINČIĆ, Iva. Fritz Jahr (1895–1953): a life story of the ‘inventor’ of Bioethics and a tentative reconstruction of the chronology of the discovery of his Word. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences and Medical Humanities at University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 385–394.
vez, desde los tiempos prehistóricos y no fue heredado de una cultura o de apenas un con- tinente: el respeto al mundo de la vida, a los seres humanos, a las plantas, a los animales, al ambiente natural y social y a la Tierra, la reverencia taoísta a la naturaleza, la compasión budista, con todas las formas de sufrimiento de la vida, el llamado de Francisco de Asis a la fraternidad con las plantas y los animales, la filosofía de Albert Schwitzer del respeto por todas las formas de vida, son ejemplos primor- diales de la profunda compasión humana con la vida inanimada y del compromiso humano por respetar otras formas de vida32.
2.2. El nacimiento de la Bioética llamada “integrativa”
Comienzan a surgir publicaciones alrededor de Jahr así como eventos científicos, entro los cuales destacamos el “I Congreso Internacional sobre Fritz Jahr y las raíces europeas de la Bioética” que fue realizado en Croacia, en la ciudad portuaria de Rijeka del 11 a 12 de marzo de 2011. En esta misma bella ciudad portuaria del mar Adriático fue realizado en 2008 el VIII Congreso Mundial de Bioética, organizado por la Asociación Internacional de Bioética. Fruto del congreso sobre Jahr es la Declaración de Ri- jeka33 en la que los participantes afirman:
Fritz Jahr utilizó el término Bioética (Bio– Ethik) en 1927. Su “imperativo bioético” (respeta todos los seres vivos como fin en sí mismos y trátalos, si es posible, como tal) debería orientar la vida personal, profesional, cultural, social y política, así como el desarrollo y la aplicación de la ciencia y la tecnología.
32 SASS, Hans–Martin. Post Scriptum da II parte – Fritz Jahr – Ensaios em Bioética e Ética (1927–1947). In: PESSINI, Leo., et al (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universi- tário São Camilo, 2012, p. 484.
33 DECLARAÇÃO DE RIJEKA SOBRE O FUTURO DA BIOÉTICA. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences end Medical Humanities at the University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 587–588.
   
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Los firmantes de la Declaración de Rijeka afir- man que la bioética contemporánea a veces quedó reducida al ámbito de las cuestiones de la ética médica (consentimiento informado, principios, relación médico–paciente, derechos de los pacientes, etc.) y que necesitamos de una ampliación de esta bioética, e introducen el concepto de bioética integrativa.
Es necesario que la Bioética sea sustancialmen- te enriquecida y transformada conceptual y metodológicamente, para que pueda considerar las direfentes perspectivas culturales, científi- cas, filosóficas y éticas (abordaje pluralista), integrando estas perspetivas en términos de conocimientos que orienten y de acciones prác- ticas (abordaje integrativo)34.
Luego sigue indicando que “esta bioética inte- grativa tendrá que armonizar, respetar y apren- der de la rica pluralidad de perspectivas indi- viduales y colectivas, y de las culturas de la comunidad global”35. Se espera que la bioética se convierte en:
Un campo verdaderamente abierto de encuen- tro y diálogo de varias ciencias y profesiones, visiones y perspectivas de mundo, que fueren reunidas para articular, discutir y resolver cues- tiones éticas relacionadas, a la vez como un todo y en cada una de sus partes, con la vida en todos sus tipos, formas, etapas y manifestaciones, así como las condiciones de vida en general36.
Esperando el reconocimiento y el crecimiento de la bioética, esta se “convertirá en un ‘puente hacia el futuro’, una ‘ciencia de la superviven- cia’, ‘una sabiduría como conocimiento de como utilizar el conocimiento’ (como Potter definió a inicios de los años 70) de la medicina y de la tecnología modernas”37.
.    34  Ibid.
.    35  Ibid.
.    36  Ibid.
.    37  Ibid.
2.3 Fritz Jahr: “El Imperativo Bioético” – en los orígenes de la Bioética
Recordando, reconectando los hechos y ali- neando los acontecimientos históricos del ini- cio de la Bioética en los EUA, sabemos que la histórica publicación del libro Bioethics: Bridge to the Future por Potter en 1971 y la creación del Instituto Kennedy de Bioética en la Uni- versidad de Georgetown en 1971 por Hellegers, con el apoyo de Sargent Shriver y la familia Kennedy, son los hechos que marcaron oficial- mente el “nacimiento” del término y concepto de bioética en ese país. Investigación realiza- da por el estudioso, pionero de la Bioética en los EUA, Warren Reich, editor en jefe de las dos primera ediciones de la Encyclopedia of Bioethics, identifica a Potter, Hellegers y Shriver como los “padres” de la Bioética en los EUA. Se menciona el doble lugar de nacimiento en Madison (Wisconsin) y Washington D.C.
Recientes investigaciones en el ámbito de la Bioética nos traen una gran novedad con re- lación a los orígenes de la misma. Somos lle- vados hacia atrás en el tiempo y en la historia para encontrar en 1927, en Alemania, en Halle an der Saale, a Fritz Jahr. Él es un pastor protestante, filósofo y educador que publicó en la revista científica alemana Kosmos, un artículo intitulado Bio–ética: una perspectiva de las relaciones éticas de los seres humanos con los animales y las plantas. En esta publicación Jahr propone un Imperativo Bioético, ampliando el imperativo moral de Kant, obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y no solamente como un simple medio, para todas las formas de vida. Respeta todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, en cuanto tal, es el imperativo bioético de Jahr. El concepto de bioética de Jahr incluye esencialmente a todas las formas de vida, no únicamente al ser humano.
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Según Diego Gracia, ilustre bioeticista español, tendríamos dos diferencias básicas con relación a Kant y el Imperativo Bioético de Jahr:
La primera es que incluye a todos los seres vivos en la categoría fines en sí mismos, en lugar de relegar a todos lo no humanos a la categoría de simples medios. Segundo, Jahr no formula el imperativo en términos categóricos, sino en términos hipotéticos. Dice que se debe tratar como fines en sí mimsmos “en la medida de lo posible”.
Como consecuencia, la bioética de Jahr no per- tencece a las llamadas éticas de la convicción, como Max Weber las llamó años antes, sino que hace parte de las denominadas éticas de la responsabilidad. No por casualidad Jahr uti- liza frecuentemente el término responsabilidad al exponer su enfoque específico de Bioética38.
Jahr al reflexionar sobre el creciente progreso de la fisiología de su tiempo y los desafíos morales relacionados con el desarrollo de so- ciedades siempre más seculares y pluralistas, redefine las obligaciones morales en relación a todas las formas de vida, humanas y no hu- manas, creando un concepto de bioética como una disciplina académica, principio y virtud. Aunque Jahr no hubiese ejercido una influen- cia histórica como era de esperarse, pues vivió en tiempos turbulentos, tanto política como moralmente, su visión y sus argumentos éticos, de que una nueva ciencia y tecnología exigen una nueva reflexión (y solución) ético–filosófi- ca, son una contribución esclarecedora para la terminología, incluyendo el entendimiento de las dimensiones “geoéticas” de la Bioética.
El pensamento de Jahr con relación al Impe- rativo Bioético está presente en muchos de sus
38 GRACIA, Diego. Bioética. In: ROMEO CASABONA, Carlos María (Dir). Enciclopedia de Bioderecho y Bioética. Tomo I. Granada: Editorial Comares, S.L., 2011, pp. 209–227.
escritos y él no hace una presentación sistmá- tica de su Imperativo. En esta perspectiva es muy útil ver como Han–Martin Sass intenta elaborar una lectura coherente e interpretación del imperativo bioético. Identifica por lo menos seis aspectos en la perspectiva de Jahr para expandir el imperativo de Kant:
1. El imperativo bioético guía las actitudes éticas y culturales así como las responsabilidades en las ciencias de la vida con relación a todas las formas de vida (...) 

2.El imperativo bioético se fundamenta en la evidencia histórica y otras en que la compa- sión es un fenómeno empíricamente estable- cido en el alma humana (...) 

3.El imperativo bioético refuerza y complemen- ta el reconocimiento moral y los deberes con relación a los otros en el contexto kantiano y debe seguirse respetando a la cultura humana y las obligaciones morales mutuas entre los humanos (...) 

4.El imperativo bioético tiene que reconocer, ad- ministrar y cultivar la lucha por la vida entre las formas de vida y contextos de vida natural y cultural (...) 

5.El imperativo bioético implementa la compa- sión, el amor y la solidaridad entre todas las formas de vida como un principio fundamen- tal y la virtud de la regla de oro del Impera- tivo Categórico de Kant, que son reciprocos y solamente formales (...) 

6.El imperativo bioético incluye obligaciones con relación al propio cuerpo y alma como un ser vivo39. 

En los años en que Jahr escribió, se estaban estableciendo los conceptos fundamentales de la física atómica, lo cual poco después llevaría
39 SASS, Hans–Martin. European Roots of Bioethics: Fritz Jar’s 1927 Definition and Vision of Bioethics. In: ČOVIĆ, Ante; GOSIĆ, Nada y TOMAŠEVIĆ, Luka (Eds). From New Medical Ethics to Integrative Bioethics. Zagreb: Pargamena, 2009, pp. 22–25.
   
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a la construcción de las primeras armas nu- cleares. Cuando en 1945 fueron lanzadas en Hiroshima y Nagazaki, y en la década siguiente aparecieron otras bombas mucho más potentes, las denominadas bombas de hidrógeno, la hu- manidad comenzó a reconsiderar sus relacio- nes con la vida y con el medio ambiente. Por primera vez en la historia el ser humano se veía con la capacidad técnica suficiente para exter- minar la vida de la faz de la tierra. La vida en general, y no solo la vida humana, comenzaba a convertirse en un problema. Esto hizo que se disparasen varias alarmas y surgiesen varios movimientos dedicados a promover la “respon- sabilidad de la ciencia”. Lo nuevos avances de la tecnociencia trajeron nuevos problemas y estos exigían, necesariamente, una nueva ética. Si la primera mitad del siglo XX fue la edad de oro de la Física, la segunda sería la edad de oro de la Biología molecurar40.
Es importante anotar que el concepto de Bioé- tica no fue rápido y fácilmente aceptado en Alemania. Era considerardo, por demás, po- lémico (producto americano). Solo a partir de 1986 el término fue oficialmente introducido y pasó a ser utilizado con más frecuencia. Es justamente un compatriota de Jahr, el bioeti- cista alemán Hans–Martin Sass, que trabajó años en el Instituto Kennedy de Bioética en Washington, DC, en los EUA, el que rescata del silencio de la historia, la figura de Fritz Jahr, así como su innovador y avanzado concepto de bioética (1927), cuya visión está en el centro de todos los debates bioéticos en este inicio del siglo XXI41.
.    40  GRACIA, Diego. Op. cit., p 210.
.    41  PESSINI, Leo., et al. (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universitário São Camilo, Ideias e Letras, 2012. Cf. espe- cialmente a II parte, pp. 438–482.
3. Hans Jonas: el principio de la responsabilidad
“Cuando la esperanza no sea más la inspiración, entonces, tal vez sea el miedo lo que nos pueda conducir a la razón...” Hans Jonas
3.1. Itinerario intelectual y su obra fundamental
Hans Jonas (1903–1993) nació en Alemania, hijo de imigrantes judios. El filosofo Judeo– alemán, Hans Jonas fue alumno de Martin Heidegger en la Universidad de Freiburg (1921– 1923) y en la Universidad de Marburg (1924– 1928). Entre los años 1940 y 1945 fue soldado de la brigada judia del ejército británico. En 1949 se trasladó a Canadá, donde fue professor visitante en las universdiades de Montreal y Otawa. En 1955 se mudó a los Estados Unidos, en Nova York, y murió en esta ciudad en 1993, a los 90 años. Hans Jonas fue marcado por una fuerte influencia del pensamento de Heidegger, de la fenomenología de Husserl, de los estudios históricos con Rudolf Bultman, además de per- tencer al círculo intelectual de Hannah Arendt, Karl Jaspers, entre otros.
Su experiencia con el holocausto provocó pro- fundos cambios en la comprensión de la exis- tencia humana ante el progreso científico y tecnológico. Su reflexión filosófica y ética tiene detrás de sí una gran tragedia de destrucción de la humanidad, o sea, a la Segunda Guerra Mun- dial que diezmó casi 100 millones de seres hu- manos. Jonas elabora su reflexión en la estela de la preocupación, “el miedo” y la destrucción atómica. En la postguerra inmediata, de la se- gunda mitad del siglo XX, existía un pavor ge- neralizado ante el nuevo poder de destrucción, que se concretó con la invención de la Bomba
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Atómica. El ser humano se dio cuenta de tener poder y ser capaz de destuirse así mismo y al mundo a su alrededor.
La obra fundamental y más famosa de Hans Jonas es El principio de responsabilidad: ensayos de una ética para la civilización tecnológica, que vió la luz en 1979 en alemán, con traducción al inglés en 1994 y al portugués en 2006. Esta obra se constituyó en la Biblia de la primera generación tecnológica insatisfecha después de la Guerra. Y en un gran éxito editorial más allá del campo filosófico. Su primera versión titula- da Tractatus Ethico–Politicus, leida por Hannah Arendt, filosófa alemana, su amiga, saluda así su obra: “antes de comenzar a hablar de porme- nores, quiero decir que hay una cosa que tengo clara: este libro es aquel que el buen Dios tenía en mente para ti. Y está deliciosamente escrito”.
Jonas fue uno de los filósofos que ganó más notoriedad en el período de la postguerra en Alemania. Como ningún otro pensador de su época, Jonas llamó la atención sobre uno de los problemas más serios frente a la ética en el siglo XXI: el problema de la amenza del fu- turo de la humanidad, la “autodestrucción del planeta”, causada por el concepto moderno de progreso (saber y poder) con la exploración de la naturaleza por técnica.
La propuesta de Jonas en su principal obra, El principio de responsabilidad, es la de “elaborar una nueva ética para la civilización tecnológica guiada por el principio de responsabilidad”. Una nueva ética para los nuevos tiempos supe- ra “a la ética antropológica” y genera una “ética bio–cosmocéntrica”, en la que el horizonte de referencia no es solo el ser humano, circuns- crito al aquí y ahora del tiempo presente (ética tradicional), sino la vida del cosmos, con todos los seres vivos, el mundo de la biosfera (extra humano) en el futuro.
Para Jonas la técnica adquirió en la contem- poraneidad atributos que eran típicos de la divinidad en la antigüedad, “omnipotencia y omnipresencia”. Asistimos al inescrupuloso exterminio de la naturaleza y la deshumani- zación del ser humano. Para él, la técnica no es algo en sí, ruin, ¡ni podría ser rotulada a priori como mala! Es su mal uso lo que genera consecuencias negativas y perjudiciales para el ser humano. Dado el carácter apocalíptico y catastrófico de la técnica, debemos reflexionar, desarrollar una postura de reverencia y temor. Hemos delineado, hasta aquí, uno de los prin- cipales conceptos del pensamiento jonasiano, el concepto de Heurística del temor, el cual abor- daremos más adelante en esta reflexión sobre Hans Jonas.
El pensamiento jonasiano llama la atención sobre el hecho de que la tecnología se ve cada vez más como “vocación y nuevo imperativo” de la humanidad. Ante esta tendencia, señala que el homo faber (núcleo de la técnica, pero después, de algún modo, subyugado por ella) se ubica por encima del homo sapiens, del humano inteligente y del buen sentido. Así, al analizar los efectos de la tecnología con relación a la naturaleza y al ambiente exter- no, pondera las repercusiones de esta en el ser humano y en su esencia, cuando este se transforma en “objeto de la técnica”, o sea, el ser humano, al mismo tiempo que crea y desarrolla “artefactos” que facilitan su vida, como máquinas, aparatos e instrumentos de comunicación u otros, queda cada vez más aprisionado por sus propias creaciones. Para Jonas, el ser humano en la era de la técnica es representado por la imagen de Prometeo desencadenado. Liberado del castigo eterno de las cadenas y del ave de rapiña que viene a devorarle el hígado, ahora está entregado úni- camente a sí mismo.
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Jonas dice en las primeras páginas de la in- troducción de su principal obra, El principio de responsabilidad:
El Prometeo definitivamente desencadenado, al cual la ciencia confiere poderes jamás conocidos y la economía el impulso irreprimible, clama por una ética que através de frenos voluntarios, evite que el poder de los hombres los convierta en una desgracia para ellos mismos. La tesis inicial de este libro es que la promesa de la técnica moderna se convirtió en amenza, o que esta se unió aquella de modo indisoluble; es lo que configura la tesis punto de partida de este libro42.
Hoy vivimos en una sociedad de riesgo, en la que cada nuevo paso hacía delante en el dominio de la naturaleza implica no solo pru- dencia, sino también precaución responsable. Nos preguntamos si en el futuro la compasión, la solidaridad y el cuidado no serán posterga- dos para favorecer la búsqueda y seducción biotecnológica. Hans Jonas, visionario de un futuro por construirse, superando el desanten- dimiento para con la naturaleza y superación de la deshumnización humana, nos convida a salir de la superficialidad de las aprobaciones o condenas frivólas, superando aspectos ideológi- cos, utópicos y fundamentalistas, del aquí y el ahora de neustra historia, y avanzar mediante el diálogo respetuoso frente al diferente o diver- so con base en el principio de responsabilidad. Esta perspectiva sin duda puede ser factor de superación de utopías que simulan y alimen- tan una visión apocalíptica de destrucción de la humanidad. El compromiso de todos con la dignidad del ser humano y con el futuro (las generaciones futuras son consideradas por Jo- nas como si fueramos nosotros mimsos) de la vida en el planeta nos ayuda a dar el paso del
42 JONAS, Hans. O Princípio da responsabilidade: Ensaio de uma ética para a civilização tecnológica. Rio de Janeiro: Contraponto & PUC–Rio, 2006, p. 21.
imperativo técnico–científico hacia el impera- tivo ético de responsabilidad.
3.2. Algunas características del Principio de Responsabilidad
Jonas propone un deber moral de responsabili- dad con la existencia humana futura, colocando la responsabilidad en el centro de la ética. El objeto de la ética no se circunscribirá solo al bien humano, sino que se extenderá al bien de las cosas extra humanas, abarcando la biosfera. Su punto de partida es la “heurística del temor”, como un sentimiento fundamentador de la res- ponsabilidad y esta como fuerza capaz de mol- dear un imperativo ético para este nuevo tiempo.
Para Jonas el imperativo categórico de Kant presenta una preocupación solo con el pre- sente, no incluye las generaciones futuras. El imperativo jonasiano es presentado así: “obra de manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica” o formulado negativamente: “obra de modo que los efectos de tu acción no sean destructivos para la futura posibilidad de esa vida”, o simplemente “no pongas en peli- gro las condiciones necesarias de continuidad indefinida de la humanidad sobre la Tierra”; u otra vez formulado positivamente: “incluye en tu elección presente, la futura integridad del hombre, como uno de tus objetivos”43.
Podemos destacar las palabras clave de cada una de esas formulaciones: 1a. Autenticidad; 2a. Posibilidad; 3a. Continuidad; y 4a. Integridad. Son diferentes formulaciones del mismo “prin- cipio de responsabilidad”, que él también llama “imperativo”. Al comparar con el Imperativo categórico kantiano, el dice que si:
43 Ibid., pp. 47–48.
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El imperativo categórico de Kant se dirigía al individuo y su criterio era momentáneo (...). El nuevo imperativo invoca otra coherencia: no aquella del acto de acuerdo consigo mis- mo, sino aquella de sus “efectos” últimos para la continuidad de la actividad humana en el futuro. (...) Nuestro imperativo se extiende en dirección a un futuro previsible concreto, el cual constituye la dimensión inacabada de nuestra responsabilidad44.
El imperativo es tomado como un axioma, sin justificación o mayor fundamentación. El ar- quetipo de responsabilidad total es el recién na- cido, muestra su total vulnerabilidad y radical dependencia de los padres y al mismo tiempo su profundo rastro/marca se muestra como alteridad “presente”. Su total vulnerabilidad exige cuidados y se vuelve más fuerte ya que el estado del niño está fuera de los parámetros de reciprocidad (alteridad asimétrica). Y se inserta en un contexto de una relación de gratitud, ti- pificando la materialización más profunda del sentimiento de protección y acojida de aquel pequeño ser, en el caso en cuestión, un bebé. Sin este cuidado el bebé no sobrevivirá, sino que morirá.
Así se espresa Jonas:
El recién nacido reúne en sí la fuerza para existir, que se testifica así misma, de ser–ya y la implorante impotencia de no–ser–todavía, el incondicional fin intrínseco de todo ser vivo y el tener–que–llegar–a–ser de la capacidad correspondiente. Este tener–que–llegar–a–ser es un estado intermedio (la suspensión del desvalido ser en el vacio del no ser) que una casualidad ajena a él tiene que completar. En la insuficiencia radical del recién nacido está previsto ontológicamente que sus padres lo protejan contra su regreso a la nada y que se encarguen de su futuro devenir. Aceptar este encargo estaría contenido en el acto de
44 Ibid., p. 48.
procreación. Su cumplimiento (que también pueden llevar a cabo otros) se convierte en un deber ineluctable para con el ser cuya existencia autonóma depende totalmente de esto45.
Otra definición que Jonas da de responsabili- dad, muy intersante, es esta: “el cuidado que se tiene por deber para con algún otro ser que, una vez amenazado, hace que el cuidado se convier- ta en preocupación diligente”46.
3.3. La heurística del temor
Jonas afirma que “cuando la esperanza no sea más la inspiración, entonces, tal vez sea el miedo lo que nos pueda conducir a la razón”. Para esto propone que hagamos una heurística del temor, o sea, sin el presentimiento del fu- turo, el presente sería una tierra sin cuidados. En una época en que hablamos del “crepúsculo del deber”47, de la “líquidez”48 de las relaciones (todo se vuelve líquido, fluido, gaseoso), de la política y de la libertad, parece que defender los principios de la ética no tiene sentido. En las Cartas sobre el humanismo la idea heidegge- riana de pastor del ser adquiere una dimensión pedagógica en Jonas. En Heidegger tenemos un llamado casi desesperado y abrumado por la incredulidad de encontrar una salida para la técnica, una angustia que nos paraliza. En Jonas estamos ante una urgencia casi apocalíp- tica, la heurística del temor, como sustituto de las proyecciones anteriores de esperanza, en las promesas de redención utópica de la moderna tecnología. En este contexto es evidente rescatar de la idea de Heidegger de volvernos el “pastor del ser”.
45 Ibid., pp. 223–224.
46 JONAS, Hans. Técnica, medicina y ética. Barcelona, Buenos Aires,
México: Paidós, 1979, p. 91.
47 LIPOVETSKY, Gilles. A sociedade pós-moralista. O crepúsculo do
dever e a ética indolor dos novos tempos democráticos. São Paulo:
Manole, 2005.
48 BAUMAN, Zygmunt. 44 Cartas do mundo líquido moderno. Rio de
Janeiro: Zahar, 2011, 228p.
  
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¿Estaría Jonas haciendo aplogía al temor? Jo- nas constata que valoramos la vida como algo sagrado en la medida en que conocemos lo que es su aniquilación o, por ejemplo, por medio del mandamiento “no matarás”. La pérdida de algo o de la mera representación de su pérdida provoca instantáneamente una valoración del mismo objeto en cuestión.
De la misma manera, sabemos lo que significa la libertad al conocer lo es su falta, cuando, por ejemplo, quedamos presos en una cár- cel o enfermos en un cuarto de hospital. Ta- les privaciones reales o ficticias pueden tener un efecto positivo sobre nuestra disposicón y modo de actuar. “necesitamos de amenazas a la imagen humana (...) para que, con el pavor suscitado, nos aseguremos una imagen huma- na auténtica”49. Agrega Jonas: “sobre el mal, nosotros, no tenemos incertidumbres cuando lo experimentamos; sobre el bien, tenemos cer- terza en la mayoría de las veces cuando de el nos desviamos”50.
El mal imaginado como consecuencia de nues- tras opciones y acciones (en el futuro) debería servir de contrapunto al actuar concreto aquí y ahora. Este mal imganado debe asumir un carác- ter de mal experimentado. Esto es lo que el temor puede, según Jonas, ofrecer en tanto principio heurístico. Con esto, el primer deber de la ética del futuro es: entrever o vislumbrar los efectos que a largo plazo tienen nuestras acciones.
Para Jonas la prudencia “es el núcleo de nue- tro actuar moral”. Él si utiliza la heurística del miedo para hacer frente al poder de evolución evocado por la técnica: se trata de una distor- sión hipotética de la condición futura del Ser, optando por la primacía del mal prognóstico,
.    49  JONAS, Hans. 1984. Op. cit., p. 63.
.    50  Ibid., pp. 63–64.
pues “es necesario dar más profecía de la des- gracia que de la salvación”51. Al reflexionar sobre las amenazas, vislumbrando el mal, po- demos escoger la mejor acción para el presente. El miedo aquí tiene sentido de aprendizaje, pues anticipa las condiciones desastrosas que pueden ser evitadas.
Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI) utiliza el mismo argumento jonasiano frente al poder téc- nico: destruye la naturaleza, deshumaniza al ser humano y compromete el futuro de la vida en el planeta. En la senda de la heurística del temor jonasiana al comentar sobre las nuevas formas de poder a partir de la exitencia de la bomba atómica, en la segunda mitad del siglo XX:
En la práctica, por un largo período, fueron la competencia entre los bloques de poder recí- procamente opuestos y el miedo a comenzar su propia destrucción con la destrucción de otro lo que nos protegió de los horrores de la guerra nuclear. La demarcación reciproca del poder y el miedo entorno de la propia supervivencia se revelaron como fuerzas salvadoras52.
El pensamiento jonasiano se aproxima y de cierta forma fortalece la sensibilidad y la ac- ción del movimiento ecológico contemporáneo cuando piensa en un actuar humano, una ética de la responsabilidad con el futuro de la vida de todos los seres vivos en el Planeta. Ver las declaraciones de la ONU sobre el medio am- biente, en especial la Carta de la Tierra que tuvo su nacimiento en la ECO 92 en Rio de Janeiro, la cual reconocida en 2000 tuvo su aprobación por la UNESCO y debe ser asumida por todos los países miembros.
.    51  JONAS, Hans. 2006. Op. cit., p. 77.
.    52  RATZINGER, Joseph. O homem desceu até o fundo do poço do poder, até a fonte de sua própria existência. Folha de São Paulo. 24/04/2005.
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4. ¿Qué futuro, asumiendo nuestra responsabilidad, construiremos juntos?
Al finalizar esta reflexión podríamos hacer dos preguntas, una respecto del orígen y otra sobre el futuro: ¡Oh! ¿Bioética de dónde vienes? Con Jahr (1926) y Potter (1970) tenemos indicacio- nes preciosas de sus orígenes. Pero, ¿para dónde vas? El fututo está en la perspectiva de los dos protagonistas analizados, que se anticiparon proféticamente a toda la problemática ecológica de hoy, y tienen mucha sintonía con la causa ecológica de las Naciones Unidas, y de ilustres activistas en el área, Mikahil Gorbachev, entre otros. Este último identifica tres grandes de- safíos a ser enfrentados en nuestro tiempo. El primero, se trada de la necesidad de mantener la paz en el mundo. La comunidad internacional tiene que estar unida, también, en la lucha con- tra el terrorismo que no puede ser justificado por ninguna consideración política o moral. El segundo desafío es la lucha contra la pobreza en el mundo. ¿Cómo puede el “millón privi- legiado” de personas favorecidas por la suerte permanecer indiferente ante el espectáculo de la miseria en el que se debate la mitad de la población del planeta, obligadas a vivir con uno o dos dólares por día, pasando hambre todos los días, sin acceso al agua potable sin condiciones decentes de higiene? El tercer desafío identifi- cado está ligado al medio ambiente. Entramos en serio conflicto con nuestro propio hábitat, con la madre naturaleza. Estos tres desafíos son interdependientes. Sin combatir la pobreza serán inútiles todas las medidas ecológicas. Pero si no nos preocupamos con la ecología, todos nuestros esfuerzos para construir un mundo más justo estarán destinados al fracaso y nuestros descendientes tendrán que pagar por nuestro comportamiento insensato y depreda- dor de la naturaleza. La propia vida en la Tierra
corre riesgo de desaparecer, se vuelve solamente un episodio efímero en la historia de nuestro universo53.
Los tres desafíos propuestos no se refieren solo a los gobiernos y las organizaciones interna- cionales, sino tambien a cada uno de nosotros. Llegó la hora en que todo ciudadano del planeta Tierra piense en la contribución personal que puede dar para esta tarea común.
Somos responsables, ante las generaciones futuras, por la consevación de la vida en la Tierra. (...) Hoy, la humanidad necesita de una nueva filosofía de vida, de una nueva ética que cristalice los valores fundamentales, comunes a todas las tradiciones religiosas, una ética basada en el consenso entre las naciones y los pueblos del mundo54.
Gorbachev nombra este proyecto como el proce- so de elaboración de una ética global y concluye diciendo: “a ejemplo del gran escritor america- no William Faulkner, yo me rehuso a aceptar la responsabilidad del fin de la humanidad, sin importar las pruebas que tenga que enfrentar. Este es mi credo de optimista incorregible”55. Recordemos la Carta de la Tierra, de la cual fui uno de los principales líderes en todo el proce- so, cuando dice que:
Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. (...) Para seguir adelante debemos reco- nocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible, fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos
53 SASS, Hans–Martin. The Earth is a Living Being: We have to treat her as such! Eubios Journal of Asian and International Bioethics, EJAIB. 2011, vol. 21 (3), 73–77.
GORBACHEV, Mikhail. Meu manifesto pela terra. São Paulo: Planeta, 2003, 134p.
54
55 Ibid., pp. 118–119.
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humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz56.
Anhelamos que nuestro tiempo sea recordado poe el “despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz, y por la alegre celebra- ción de la vida”57.
Uno de los más importantes documentos de bioética de la contemporaneidad elaborados por la UNESCO titulado Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos58 de 2005, apunta entre sus objetivos “promover el respe- to por la biodiversidad” y entre sus principios fundamentales “responsabilidad para con la biosfera”; protección de la biodiversidad y la biosfera en la que el ser humano vive.
Tomando en consideración perspectivas nue- vas de los últimos Congresos Mundiales, ve- mos que la Bioética va avanzando globalmente (geográficamente), ampliando su comprensión epistemológica, así como su abarcamiento te- mático, enfrentando los desafíos emergentes y señalando prioridades a seguir. Jahr en 1927, en Alemania, y Potter a inicios de los años 70, son los dos protagonistas pioneros que apuntan a uno de los mayores desafíos que la humanidad tiene en este inicio de milenio: la responsabilidad humana de garantizar el futu- ro de la vida en el planeta Tierra. Rescatamos su contribución intelectual para el campo de la Bioética, más allá del hegemónico paradig- ma bioético principialista, es una cuestión de justicia histórica.
.    56  COMISIÓN DE LA CARTA DE LA TIERRA. Carta de la Tierra. Disponible desde: http://www.earthcharterjordan.org/esp/about. html o http://www.earthcharterjordan.org/prt/index.html
.    57  GORBACHEV, Mikhail. Op. cit., p. 135.
.    58  UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Hu- manos [en línea]. Disponible desde: http://unesdoc.unesco.org/ images/0014/001461/146180S.pdf
La Bioética con Potter (1970) se presenta como un credo personal y un puente. Un credo de valores a ser cultivados, protegidos y concreta- dos en el diario vivir. En la figura metafórica del puente, está la propuesta del diálogo inter, multi y transdisciplinar en las diferentes áreas del conocimiento humano, pero también tene- mos un puente hacia el futuro. Con Jahr (1926), rescatamos la visión englobadora e integradora de la Bioética, que además del ser humano (éti- ca tradicional), en el presente se preocupa por el futuro e incluye a todos los seres vivos. Es lo que él llama imperativo bioético. Finalmen- te con Hans Jonas (1979) y su principio de responsabilidad tenemos el vehículo que nos permite, en el presente urgente y emergente de nuestra historia, transitar por ese puente, con seguridad, sin riesgos de acidentes, protegien- do la vida de todos los seres vivos en el futuro.
Con esto la provocación inicial del subtítulo de este artículo gana sentido: el encuentro de un credo, con un imperativo y un principio. Los valores propuestos para ser defendidos, procla- mados y protegidos en estos elementos (credo, imperativo y principio) nos llevan a la cuna del pensamiento bioético y nos proyectan hacia el amanecer de la humanidad con esperanza. Es siempre saludable regresar a los orígenes, como dice T.S. Eliot59:
¡No dejaremos de explorar
y al final de toda nuestra búsqueda llegaremos a donde empezamos
y conoceremos el lugar por primera vez!
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