sábado, 4 de marzo de 2017

La Generación F (de flojos)


Los jóvenes no saben cómo afrontar el mundo fuera de su burbuja de cuidados. Las clave para que lleguen lejos es dejar que tropiecen y se caigan


Hemos traspasado a nuestros hijos las cotas de bienestar más elevadas jamás vistas en el mundo occidental. Pero los adolescentes de hoy, con sus pasaportes atestados de sellos, con sus tres horas de guitarra a la semana y un armario de zapatillas de deporte que usted de crío ni soñó, no parecen mostrar las aptitudes necesarias para coger las riendas de las empresas, mercados y gobiernos del mundo. Ni lo que es más importante: el timón de sus vidas. Ya se habla de una Generación de cristal.
La enseñanza más valiosa que uno puede legar a sus descendientes es la destreza para encajar los avatares del día a día, la capacidad para enfrentarse a los problemas (graves y menores) que se interpongan en su camino y la habilidad para transformar las realidades presentes en su versión más positiva. Esto exige la intervención de sujetos instruidos. El problema es que, lamentablemente, todo parece indicar que los nacidos en los albores del siglo XXI forman una generación que flaquea en ciertos aspectos clave de su formación emocional. Valores como la entereza, la empatía o el espíritu de superación solo emiten leves y débiles destellos, abocando a la sociedad actual a un alarmante estado de inmadurez. En este sentido, expertos como Alejandro Néstor García Martínez, profesor y doctor en Sociología de la Universidad de Navarra, explica: “Ante cualquier complicación, muchos padres y educadores ven necesaria la intervención directa y, en demasiadas ocasiones, ahorran a sus hijos las dificultades y, a la postre, les protegen de los problemas que tratan de resolver por ellos”.
VER:
http://elpais.com/elpais/2017/02/22/buenavida/1487752461_293320.html?id_externo_rsoc=FB_CC

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