lunes, 19 de octubre de 2015

Ensayo de David Alfonso Niño

MEDICO COMO HABITANTE DE LA POBLACION: LA SALUD UN DEBER NO UN REGALO

Desde la legitimación de la salud como derecho fundamental establecido en la constitución política de nuestro país en el año 1991, este derecho ha sufrido diversos cambios, sin embargo el más significativo ha sido desde 1993 con la nefasta reforma de la Ley 100.
A partir de este hecho engorroso y mal habido (luego comentare por qué…) fue necesario llevar a cabo la optimización del control, financiamiento y prestación del servicio, vincular los entes reguladores, entidades de financiación, inclusión de las entidades prestadoras del servicio y sin duda alguna el trabajo en equipo con el paciente y/o usuario con el fin de garantizar que no solo se lleve a cabo el cumplimiento legal sino también “moral y ético” del área de los profesionales de la salud con la sociedad, por lo cual, cualquier corriente o modelo medico se ha venido al piso.
Por otro lado teniendo en cuenta los cuatro componentes primordiales del Sistema como es el financiamiento, administración, regulación y prestación de los servicios se debe verificar bajo qué condiciones se están llevando a cabo estos procesos ya que si bien se han evidenciado fallas en el sistema, la responsabilidad no solo recae en las EPS, también en sus directivas quienes se escudan en los estatutos legales pero muestran una baja preocupación por los intereses de los seres humanos que requieren la ayuda de salubridad. Usuarios que no solo buscan una cita, buscan ser atendidos de manera humana, un servicio de calidad que empieza con base en una serie de filtro que se denominaría:
1. La persona que atiende telefónica o personalmente que brinda información al usuario
2. Un segundo filtro con el área de recepcionistas y encargados de admisiones
3. Un tercer nivel ligado “directamente” con el profesional de la salud que va a tratar su caso.
Es por ello que la búsqueda de un principio de equidad, humanización y calidad que permita satisfacer las necesidades de los usuarios, no es solo un objetivo económico, es un objetivo de desarrollo, es brindar una buena disponibilidad del servicio, la capacidad de
atención y la continua capacitación de los profesionales de la salud para garantizar el acceso a la misma, optimizando la calidad de vida de las personas, conformando un sistema sostenible y eficiente que no solo busque esa utopía de rendimiento sino el desarrollo del país.
Pero bueno hablemos un poco más de leyes y política por lo cual hare énfasis ya que me llevara a una posible solución de nuestra discusión de modelo de medicina y cultural de la nación. En el 2012 comenzó a regir el nuevo Plan Obligatorio de Salud, POS, una reforma a la ley 100 que ayuda en cierta medida a nuestro estado de salud como país, pero que realmente deja mucho por delante. El Gobierno dice que este es un gran paso hacia la apología de garantizar un “verdadero derecho a la salud”, que en nuestro país es algo irrisorio. Las asociaciones médicas insisten en que se trata de una medida de “paños tibios” que deja muchos vacíos sin resolver. Por ejemplo se dice que La Comisión de Regulación de Salud, CRES, deberá actualizar una vez cada dos años el Plan, conforme a los cambios en la estructura demográfica, el perfil epidemiológico nacional, la tecnología apropiada disponible en el país y las condiciones financieras del sistema. Esto suena bien pero ya pasamos dos años desde que salió esta ley y en realidad no ha pasado nada. Entonces cuál es ese ideal…
Anteriormente eran 6.463 tecnologías en salud, o sea, 633 medicamentos y 5.830 procedimientos que cubría el POS vigente desde 1993 con la aprobación de la gran belleza de Ley 100. Pero si hablamos un poco de lo bueno respecto a esta ley, podría ser que la mayoría de las enfermedades que se incluyen esta vez son de carácter no trasmisible y representan el 85 por ciento de las patologías que más afectan a los colombianos. Esto con la primera actualización, que aumento en 6.560 tecnologías divididas en 685 medicamentos y 5.875 procedimientos. Bueno no fue mucho pero sirve.
Otro punto “positivo” es que el Gobierno invertirá anualmente un billón de pesos (dentro de lo acordado en aquel momento) en la actualización del nuevo POS y se tiene diseñada una estrategia con la cual se espera que este plan llegue a los 2.5 billones de pesos en el 2014, pero debo manifestar que por cuestiones de aduanas y otras cosas que no tengo criterio para discutir, se dice que disminuyo a 400.000 millones de pesos (Raro…). Por otro lado los pacientes con enfermedades neurológicas, cardiovasculares, mentales, respiratorias, diabetes cáncer y VIH, son los más beneficiados con la actualización.
Ahora bien una crítica grande del nuevo POS, es el hecho de que aún se excluyan procedimientos y medicamentos que siguen atentando contra el derecho a la salud de los colombianos. Siendo primordial en este conflicto los términos de rentabilidad y no de bienestar social. Por ejemplo la poca relevancia a la prevención y promoción en salud, la cual dicen, y está demostrado, que resulta fundamental en el sostenimiento financiero y social de cualquier sistema de salud, entonces… somos o no somos brutos? es difícil, tanto para los funcionarios prestadores del servicio como para ciudadano común (este siendo mucho más prevalente), no se sabe muy bien el funcionamiento del sistema ni como se debe aplicar, y en esta actualización tampoco se preocuparon por arreglar esa parte. Según la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, “el plan de salud colombiano es uno de los más complejos del mundo”. Sigo preguntado quien regula todo esto…
A esto se le suma que el Gobierno trae una política proyectada en el POS con base “en las enfermedades con mayor prevalencia en los colombianos”, pero que se ha visto hasta ahora… y es que no se conocen cifras actualizadas sobre de qué se enferman y mueren los colombianos. De acuerdo a esto y usando una lógica sencilla, nos dice que no se basa en ¡Nada!
Finalmente, el hecho de que no haya un cubrimiento total de enfermedades redundará en que la persona tendrá que seguir exigiendo los medicamentos y el tratamiento vía tutela, uno de los mecanismos que se pretende desestimular con el nuevo POS y la nueva reforma a la salud (realmente aboliéndola), no solo por el bien del sistema, sino por la buena salud de la rama judicial que agoniza con la cantidad de demandas que recibe año tras año de pacientes que exigen un tratamiento justo y que sea congruente a la ley máxima de la constitución que dice que la salud es un “Derecho Fundamental”.
La importancia de un derecho social y fundamental como la salud, amerita revisar tal vez algunas de las falencias de una reforma que se propone, siendo que este debe protegerse, pues en él confluyen la protección a la vida, a la integridad personal y a la dignidad humana, tanto así que en estas leyes y sus reformas, describen que sin duda alguna, lo único que lleva tal protección a la población es a una efectiva cooperación, conectividad y altos recursos económicos de la salud. Partiendo que la salud no es solo la ausencia de afectaciones o enfermedades, es un estado de bienestar, físico, mental y
social según la OMS, con esto confirmo que es fundamental ya sea por el hecho de ser sujeto al ser o por llevar implícito el concepto de calidad de vida, de vivir bien.
Lo que se pretende ahora es determinar claramente si la ley puesta en marcha es benefactora no solo al sistema de salud, sino a toda la población colombiana, sosteniendo que la última ley la 1122 de 2007 y 1438 de 2011 es una anti-reforma al sistema, ya que lo que importa en dicha norma más allá del derecho fundamental a la salud es una “sostenibilidad del sistema” hágame el favor… tal afirmación tal vez se deriva de los principios (3.7 y 3.13) de la nueva ley, en donde prima la atención por la EPS, más que el concepto del médico tratante, que su presencia sea avalorada dentro del sistema de seguridad social, pero más que ello, las decisiones que se adopten en salud deben consultar criterios de sostenibilidad y estabilidad administrativa y legal, y esto no es otra cosa que la limitación al acceso a la salud, a la abolición del mecanismo constitucional de la tutela, sin ir más lejos de todas las consecuencias.
Algo que determina es que la reforma mercantilizo el derecho a la salud, ya que como quedo redactada la normativa los recursos para el sistema dependen de la situación del país, condicionado el sistema de salud a recursos, dejando de lado la protección de dicho derecho fundamental; ahora bien ¿Dicho derecho tiene límites?, ¿Luego no prima el ser?, ¿Lo que se preserva no es la vida?
Por otro lado la reforma dice que se obsequian incentivos a los empleadores por contratar trabajadores de ciertos rangos de edad, ya que los aportes que realicen dichas empresas se podrán descontar tributariamente, además que obliga al trabajador pagar otro porcentaje a retefuente aparte del aporte a la salud, subsiguiente también afectara los demás aportes (pensión, riesgos profesionales, parafiscales), todo esto será aplicado a un empleado, porque a los trabajadores independientes se les seguirá descontado igual. Esto no lo entiendo ni se del tema, pero no suena muy legal. Seguramente es evasión de impuestos, delito severamente castigado. Ahora bien, ¡es una obligatoriedad afiliarse al sistema!... cuantos motivos antiéticos tendríamos que cambiar.

Hoy esta nueva reforma genera innumerables inquietudes tales como, quien paga las licencias de maternidad, las incapacidades, contraloría a las EPS, el famoso “plan de beneficios”, como se enuncia en la nueva ley, es temprano para discrepar sobre ello, pero será lo mismo que el POS, si saber quién tiene la facultades para determinar qué beneficios son básicos o no necesarios, pago de los copagos para régimen subsidiado,
cuando solo eran para el régimen contributivo… y así. Todo esto, y obviamente otras cosas más, quedaran para analizar ya que violan un derecho magnánimo de la constitución, obedeciendo a una voluntad política y no a la vida.
Pues bien, tomando como referencia lo anteriormente dicho, ahora empiezo con la discrepancia ideología-ciencia, en la cual encuentro las relaciones de la salud pública, la medicina y la política. La salud pública ha dependido históricamente de la medicina, por lo menos en los dos últimos siglos, incluso actualmente con la apropiación de arremetidas y prácticas basadas en la evidencia (llamada salud pública basada en la evidencia). Podría decir sin temor a equivocarme que la salud pública es hija de la medicina y del movimiento social del siglo pasado e incluso desde la época hipocrática. Podremos decir entonces que la medicina es una ciencia política, y la política no es más que medicina a escala social y demográfica en cualquier nación.
Contrariamente a la visión de quienes ven en la salud publica la búsqueda de la verdad en el terreno de manera empírica, está la de quienes ubican la salud pública en el campo de los valores y los principios, es decir, que la salud pública se ubica en el otro polo, en el de las disciplinas políticas y sociales. Históricamente, la salud pública ha pasado por estadios médicos-políticos, denominados según Álvarez-Dardet como opciones ideológicas en un marco “pluricultural médico”.
Estas opciones están basadas en darle un significado diferente a la salud pública. Para quienes derivan la salud de la medicina, esta se encarga de la “enfermedad” y la salud pública, de la “no enfermedad”; pero habría otra lógica política, más propia de la salud pública, que se concibe en ir más allá de la no enfermedad o de lo no palpable.
Otro concepto dado por el marco social y desde la perspectiva liberal, el mundo está basado en el individuo, así, la medicina atiende la unidad y la salud pública, la adición de varias unidades. Por otro lado está la concepción estructural de la sociedad que lleva a entender el objeto de la salud pública constituido por algo más allá de esas unidades.
Algunos modelos representativos de estas ideologías y políticas del mundo como epidemiología clínica, la medicina preventiva, la educación sanitaria y la promoción de la salud, por el lado liberal. La medicina comunitaria, la epidemiología crítica, la epidemiología, la teoría ecosocial, la teoría salutogénica y la medicina social dada por el socialismo. De esta manera se obtienen los modelos descritos, donde cada modelo está representado por diferentes escuelas o corrientes de desarrollo de la salud pública.
Siendo que el movimiento puede darse de un lado a otro en la salud pública superponiéndose las prácticas y concepciones ideológicas, sin embargo ese no es el punto…El punto es que sigo esperando una relación de la teoría con la praxis, que parten de enfoques a escala mayor y estructural de las ciencias, la filosofía y la política y que garanticen a la acción humana, la verdadera transformación social.
Por ello hablo de este tema con la vida de un estudiante de medicina desde el primer año hasta el fin de su carrera donde tendrá que aprender muchas cosas acerca de su prójimo como un todo, la parte científica hasta su parte espiritual, aspectos importantes para un buen diagnóstico y un tratamiento eficaz y rápido, todo esto hace parte de la promoción y prevención, salud pública y salud colectiva que en teoría es el principal trabajo y fuerza de ataque de un profesional de este campo.
Es importante decir que durante las últimas décadas las buenas políticas en salud se han desarrollado como armas fundamentales, tanto como medidas correctivas orientadas a restablecer los lazos existentes entre salud y bienestar social como también en el desarrollo de calidad de vida colectiva e individual. En este contexto las actitudes del personal de salud hacia estos conceptos resultan fundamentales y se forman en diversos ámbitos, en especial durante la formación universitaria. Cada uno de ellas comparte una serie de factores en los cuales se interrelacionan creencias, rasgos de personalidad, motivación, educación recibida, etc.
Por tanto la enseñanza en la universidad interviene estimulando la adquisición de actitudes adecuadas en prevención y promoción de salud en los primeros años de estudio a diferencia de los años siguientes; sin embargo, en la etapa clínica se suma un efecto no considerado que puede favorecer las actitudes pese a que no proviene de la educación impartida por la Universidad en sí. En estudiantes de últimos años, las actitudes adecuadas en salud pública se ven reforzadas por el contacto directo con los pacientes. Estas relaciones se desarrollan en un contexto de problemas no médicos de la persona que obliga de alguna manera al estudiante a aprender conductas necesarias para la resolución de dichos problemas, sirviendo a su vez de estímulo al conocimiento de temas de salud pública y colectiva, deficiencias en el sistema de salud y acompañamiento, hasta involucrarse emocionalmente con el paciente, todo esto desarrollado durante las actividades cotidianas como en la realización de la historia clínica, trabajo de piso, evoluciones, necesidad de conseguir medicinas para pacientes sin dinero o de escasos
recursos. Si bien las actitudes frente a esta situación de salud se van manteniendo con los años de estudio, existiría una tendencia a mejorarlas al entrar en un vínculo más cercano con los pacientes en años de práctica hospitalaria. Esto muestra una relación estrecha con el desarrollo integral y humano, un instinto social e indomable de los aspectos éticos profesionales.
Estoy seguro que la salud ha sido preocupación de la humanidad desde la historia y no solo por mejorar el conocimiento de la salud sino por educar sobre ella, en esencia, actividades sociales y políticas con las cuales se busca la comprensión de la salud y el bienestar, mejorar sus niveles de calidad y las condiciones para obtener estilos de vida más saludable. Un objetivo de la medicina es generar masas para actuar en apoyo como un todo. Pero no es fácil, llevar este mensaje a toda la población implica el esfuerzo de entendimiento y de voluntad de los beneficiarios, desde el nivel de gobierno hasta cada persona, incluso niños, capacitar gente para buscar en el hogar, en la escuela, en los campos y en las fábricas un compendio de desarrollo a partir de un modelo de salud y ejercer autocontrol en el manejo de esta. El reto es desarrollar estrategias nuevas y aplicarlas con la determinación y los recursos necesarios mas no impuestos.

Es por ello que de una manera integral y asertiva mi universidad y yo siendo aun de experiencia corta compartimos y nos unimos a una teoría en salud pública, teniendo en cuenta como primera instancia la salud de la población general, pero no solamente la de los individuos en particular, o de las propias relaciones interpersonales, o de grupos aislados, o de las relaciones del proceso de atención médico–paciente, sino ante todo, referirse al resultado colectivo de las intervenciones sanitarias dentro de la familia y la comunidad, del ¡país!. Como futuro profesional de la salud digo concretamente que la Atención Primaria en Salud debe enfocar lo “público de la salud”, que no significa ni un conjunto de servicios en particular, ni una forma de propiedad, ni la consideración de los problemas más frecuentes en salud, tampoco un componente gubernamental, sino un análisis objetivo y certero del nivel de salud poblacional.
Con este propósito la idea es concernir un modelos Medico en la atención primaria en salud con un enfoque que renueve los modelos antiguos, con el fin de orientar los servicios de salud como un conjunto de ideas y no de servicios (netamente dichos). La
Institución y el sistema deberían indagar por los métodos ya utilizados en la salud poblacional y familiar… buscando así un potencial para instaurar, en particular en el sistema de salud en Colombia donde se debate intensamente la posibilidad de salir de un modelo de mercado y ser más precisos y contundentes a la hora de prestar un servicio de Calidad social, buscar una relación cíclica de atención que permita un proceso de comunicación y servicio, dejando de lado esa concepción de que el paciente es solo aquel que padece algo que la ciencia puede cambiar o adaptar para que se sienta bien y en simultaneo dejarlo de ver como un objeto del sistema que mueve dinero. Acertando en su condición humana y multifactorial, causa con la cual podemos ayudar, sabiendo eso sí, que somos una profesión integral en la cual buscan apoyo, haciendo que ellos con este trato nos entreguen su confianza, y que nosotros respondamos dándole un cuidado oportuno a su círculo social, a su cuerpo, a su entorno, una cura rápida la cual va ser agradecida en el momento oportuno.

DAVID ALFONSO NIÑO
COD 1019053909
NOVENO SEMESTRE MEDICINA HUMANA UDCA 2-2015
CATEDRA DE ÉTICA MÉDICA

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