martes, 29 de noviembre de 2016

Educación "calificacionícola": la obsesión por sacar notas


 ( ARTÍCULO DEDICADO ESPECIALMENTE A LOS ALUMNOS QUE MÁS ME DECEPCIONAN CREYENDO QUE LO PRINCIPAL ES SACAR UNA NOTA)

En la era “google” ya podemos dedicarnos a intentar comprender la educación más como un sistema de transmisión de valores mediante relaciones interpersonales dentro de una comunidad docente, que como un sistema de transmisión de saberes e información que debe quedar alojada en la memoria de un estudiante. Pero lo que he llamado “Calificacio-nicolismo” lo impide. Veamos:

1.     La evaluación educativa en Colombia sigue regida por el sistema numérico, del que no ha sabido salir el ministerio de educación.

2.     El reemplazo de números por letras no supera la lógica enfermiza de un sistema de calificación cuantitiativo.

3.     Pasar o no pasar una asignatura sacando una cifra por encima de cierta cantidad es en todo caso clasificar a un estudiante según un parámetro preestablecido de eficiencia esperada.

4.     Hay un ejercicio de autoridad en la evaluación numérica de parte del  profesor hacia el estudiante , y un ejercicio de autoridad de parte de la universidad hacia el profesor cuando le exige que ponga nota numérica. Hay un ejercicio de autoridad del sistema educativo nacional e internacional sobre las universidades, que las presiona a certificarse también mediante datos numéricos, cifras, estadísticas.

5.     Todo el sistema educativo está viciado y sesgado  por una preferencia de lo cuantitativo sobre lo cualitativo.

6.     Los hechos pueden medirse cuantitativamente, los valores se miden mejor cualitativamente. Pero la medición cualitativa no es una comparación con un estándar externo, y en ese sentido no siquiera debe llamarse medición.

7.     La educación ha dejado de ser un sistema de transmisión de valores porque gira alrededor de la medición de datos y hechos, no de procesos formativos.

8.     Los procesos formativos requieren una baja proporción de estudiantes por profesor. Esto no es barato. Es mejor negocio para las universidades evaluar muchos que pocos estudiantes con un solo profesor.

9.     La universidades se perfilan cada vez más como empresas que se rigen por ideales de crecimiento económico, con relaciones de menor costo para mayor beneficio lucrativo.

10. Los estudiantes se ocupan más de la nota que de aprender, los profesores de la evaluación docente más que de enseñar, y las universidades más de la evaluación de pares y la obtención de certificaciones internacionales y nacionales que de la calidad académica. Dicho coloquialmente, los estudiantes y los profesores se vuelven, como los cavernícolas, CALIFICACIO-NÍCOLAS.

11. La imagen que se obtenga, en términos de títulos,  y la aprobación del superior, reduce la posibilidad de atender al verdadero objetivo de la educación , que es la transformación humana integral. Se deja por fuera el desarrollo de la inteligencia emocional, ética, existencial, espiritual, artística, lingüística, etc, en aras del desarrollo de habilidades puramente cognitivas.

12. La sociedad actual es el reflejo de la educación actual. Pero la educación actual no se siente suficientemente responsabilizada ni cuestionada por el estado de la sociedad actual.

13. Profesores pendientes principalmente de poner nota, estudiantes de obtenerla, son el síntoma de que se ha descuidado radicalmente la natural disposición a gozar del aprendizaje y de la enseñanza.

14. La abulia de estudiante al tomar clase es tan comprensible como la rutina del profesor al darla, en este contexto. Ambos se mienten a si mismos, dejando a un lado el verdadero acto educativo.

15. Estudiantes ocupados más de la nota y de hacer valer sus derechos que del contenido de las asignaturas, reflejan esta enfermiza realidad del sistema educativo.

16. Estudiantes que piensan en obtener el título y no en realizar el aprendizaje como primera prioridad, reflejan que no estudian porque quieren saber y servir, sino porque necesitan cumplir una exigencia familiar y social.

17. Los profesores no pueden , cuando quieren dar una formación personalizada , en vez de masificada, atender a ese ideal, si las universidades les exigen que se tomen más tiempo en calificar cuantitativamente que en conocer los procesos de aprendizaje y de desarrollo humano de sus estudiantes. Entonces, para sobrevivir de su salario, se adaptan a poner en segundo lugar el conocimiento y su transmisión, para dedicarse a satisfacer las necesidades y exigencias de la universidad y de sus estudiantes, que gira en torno a “sacar notas, subir notas, discutir notas, promediar notas”.

18. Como reflejo de que las universidades se conciban a si mismas como empresas prestadoras de servicio con fines de crecimiento , los estudiantes pasan a sentirse clientes con derecho a obtener el título a cambio de la matrícula que pagan.

19. Entonces el estudiante se empodera, el profesor se desempodera, y la universidad se desempodera respecto al estudiante. Esto no sería problema, si el estudiante no se considerara a sí mismo como un cliente con derecho a pasar, sino un ser humano con ganas de aprender y con deseos de dialogar con la comunidad docente. Y hay un abismo entre lo uno y lo otro.

20. El título se convierte en el pasaje al mercado laboral, y  la universidad se convierte en una entidad certificadora de empleados potenciales para las empresas. Todo se convierte en parte del sistema de subsistencia laboral de una sociedad que renuncia a todo ideal que no sea conseguir trabajo y consumir bienes y servicios. Pero SERVIR SABIENDO LO QUE SE HACE ha dejado de ser el objetivo educativo de la formación de profesionales.

21. Si quieres ponerte por encima de todo esto, deja de pensar en la nota cuantitativa. Dedícate a saber mas, a apasionarte mas por lo que estudias, a entregarle esa pasión a tus compañeros de estudio y a tu profesor, eso creará un clima de verdadero gozo por el saber, un clima universitario. Y tu profesor no sentirá que trabaja para nada, y tu dejaras de sentir que estudias para nada. Habrás recuperado el espíritu de la buena relación entre profesor y estudiante. Y ambos se pondrán a trabajar para enseñarle a la universidad y a la sociedad que este mundo puede ser otra cosa que un sistema de resignaciones a una sociedad que marcha sonámbula.































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